19 abril 2024

Hermanas Sister no son buenos, son mejores, son distintos y cercanos, y consiguen hacer que cada reencuentro con el público madrileño se convierta en una fecha especial en el calendario musical de la capital (aunque ellos no sean del todo conscientes).

El pasado 13 de noviembre, el Café La Palma, su casa en Madrid desde hace muchos años, les abría las puertas una vez más para presentar, en esta ocasión, su último trabajo “Songs for dysfunctional lovers”.

Pasadas las 22:15 aparecieron en escena: Carlos Germade (decir únicamente “guitarra” es quedarse muy corto para un virtuoso de las 6 cuerdas como él que derrocha simpatía por los cuatro costados); Lorenzo Azcona (percusiones, clarinete, saxo y todo lo que se hubiera propuesto y que aporta como novedad en los directos de Hermanas Sister una gama de sonidos que hasta ahora sólo podíamos disfrutar en los discos) y la incomensurable Anita Rowe (toda de negro, encorbatada, con sus botas de cowgirl incluídas, una voz increíble pese al catarro que arrastraba, y una puesta en escena realmente espectacular y potente).

El comienzo fue suave para coger algo de calor en los dedos y en las cuerdas vocales, recibiendo aplausos tímidos y un poco fríos, como el día. Pero este calentamiento sólo duró 6 ó 7 minutos, lo que tardaron en ejecutar  los dos primeros temas. A partir de ahí, el duelo instrumental de guitarra y clarinete, la calidez, sensualidad y fuerza de la voz, y un incondicional grupo de seguidores, bastaron para organizar una gran fiesta (algo improvisada en cuanto al repertorio, pero mucho más divertida) en la que durante más de una hora y media los de Málaga nos deleitaron con temas de su último disco como “I knew”, “Birds”, “Dysfunctional” o “Broken up”,  mezclándose de manera muy inteligente con clásicos como “Crazy Killers” (sencillamente genial), y algunas joyas de su disco de versiones como “Give it away” de Red Hot Chili Peppers, con la que concluyeron un concierto que nadie, ni siquiera ellos, quería que finalizara.

Mirando con cara de niños traviesos al control de sonido, en busca de una sonrisa cómplice que les permitiera regalarnos uno o dos temas más, una larga ovación acompañó a Hermanas Sister hasta el camerino y se metió con ellos a celebrar el gran éxito del enésimo viaje a Madrid de esta banda que hace funky, jazz, soul, blues y cualquier estilo que se proponga, pero con un sello inconfundible de calidad, profesionalidad, sentimiento y cercanía que les hace muy especiales, y que mantiene desde hace 15 años, una legión de fieles que nunca les dejan solos.

Desde la adorable sobrina de Germade recibiendo a los asistentes con el nuevo Cd, hasta la amistosa y cordial relación de los Sister con sus fans después del concierto, todo fue perfecto.

Esperamos verles pronto en cualquier escenario. Permaneced alerta y si tenéis la posibilidad de verles, no lo dudéis ni un segundo.

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