16 abril 2024

Aunque parecía que la sala se iba a quedar a medio gas, situación nunca deseada por ningún promotor ni grupo, en el último momento apareció de la nada una muchedumbre de personas que completó casi al 100% el aforo de la Sala Joy Eslava de Madrid.

Maika Makovski aparecía en escena muy puntual, ella sóla, guitarra en mano y sonrisa en boca, para comenzar con la presentación de su esperadísimo tercer disco, también llamado Maika Makovski y producido por John Paris, quien también ha producido a clásicos como PJ Harvey o Eels.

Comenzó con Devil Tricks “by herself”, dejando al público perplejo y ojiplático y, sin casi poder reaccionar, salió toda la banda para continuar con un set-list que se nos hizo a todos demasiado corto y en el que destacaron No blood, Ruled by Mars, The Basterd and the tramp, Oh M Ah y algunos temas de sus anteriores trabajos como Jealous o Friends, antes de que el quinteto Makovski comenzara la transformación en Havalina.

Hiptonizante, sensual, inolvidable, intensa. Así es Maika Makovski en directo, un huracán de sonidos bien equilibrados que producen espirales de felicidad en los ojos de un público incapaz de apartar la vista del escenario (como si sonase una serpiente de cascabel).

A partir del genial y sinuoso Lava Love, comenzaron a participar poco a poco los chicos de Havalina, continuando esta gran formación con unos cuantos temas compartidos entre las dos bandas, regalándonos temas como la versión del I feel you de Depeche Mode, la gran Heart Pieces Downton o Ley de Gravedad.

Primero Maika Makovski con Havalina, después Makalina Havanoski, y finalmente Havalina con Maika, para despedir del escenario a la cantante con un gran aplauso y dejar en escena al trío liderado por Cabezali para continuar un show sin pausas publicitarias (esto es de agradecer, por cierto).

Havalina tiró de galones y de contundencia para presentar en Madrid los temas de su último trabajo Las Hojas Secas. Se apagaron las luces de colores, desapareció el gran Hammond de Maika y se quedaron los 3 encargados de continuar con el excelente nivel visto hasta ese momento.

Un bajo muy presente, unos ritmos claros y precisos y un guitarrista como él, producen de manera inevitable que el público comience a mover la cabeza en cuanto suena el primer compás de cada tema.

Como no podía ser de otra manera, tuvo especial presencia el material de su último trabajo, hilvanando de manera precisa canciones como Punto de reconciliación, Tu ciudad, Mamut, Síndrome de culto o Desierto, sin olvidar algunos hits como Sueños de Esquimal, imprescindible en cualquiera de sus presentaciones.

Ya sea a través de la sensualidad y el misterio como Maika, o desde la sobria vehemencia y el buen rock de Havalina, desde estilos diferentes que convergen en un punto, estas dos formaciones siguen siendo el presente y el futuro de la música hecha aquí, sin complejos, sin excusas, sólo buena música.