25 abril 2024

Un año más cogimos la carretera hasta Vilagarcía de Arousa, más despacio de lo habitual y mirando al cielo. Un festival cómodo y familiar (aunque lejano para nosotros) que basa su propuesta en grupos españoles (Pony Bravo, Sexy Sadie…), con una importante proporción gallega (TAB…), a los que suma unos cuantos nombres atractivos del extranjero, unos por su trayectoria (Peter Hook…) y otros por su novedad (The Mirrors, May 68…).

En las horas antes al arranque del festival la zona de acampada lucía una entrada bastante pobre. La previsión meteorológica había hecho mella en el público, no se veían ni la mitad de tiendas que el año anterior y el número apenas mejoraría en las siguientes horas. Para años venideros cabe destacar que, además de una mejora en las infraestructuras, con baños y duchas mejores que lo habitual, el suelo de la zona de acampada aguanta perfectamente una tormenta. Durante el fin de semana llovió más que copiosamente (al menos para los estándares castellanos) y no se veía ni un charco. ¡Que nadie deje de ir al Festival Do Norte 2012 por la lluvia!

Anticipándose a la meteorología el festival anunció que el escenario principal sería cubierto por una enorme carpa. A pesar de la misma el sonido durante los dos días fue magnífico, y quedó claro que fue necesaria. Tanto llovió el sábado que incluso se inundó parcialmente por el agua que entraba por un lateral. ¡En incluso desplegaron un motor para achicar agua! Un nueve y medio para la organización. El medio punto se lo quito por el concierto de Sexy Sadie, sigue leyendo para más detalles…

Viernes

Hicimos lo imposible por no perdernos ninguno de los conciertos del festival, y arrancamos con Sra Sr Sra. Desafortunadísimo horario para un grupo de punk (neo-bitch-glam según su ficha para quienes gusten de más precisión) que por otra parte lo dio todo para despertarnos de la siesta. Es complicado buscar un hueco adecuado en un festival para un grupo todavía desconocido pero que pide a gritos nocturnidad y cerveza. Trallazos como Eres un Moderno les sitúan como uno de los grupos a seguir en esta ola de ruido gallego capitaneada por Triángulo de Amor Bizarro. Me quedo con ganas de verles en un entorno más propicio.

A continuación un bajón de adrenalina para recibir a McEnroe. Su pop tranquilo no pareció encajar con el público, que se mantuvo lejos del escenario y asistió bastante indiferente al repertorio de los getxotarras. Aunque por motivos diametralmente opuestos creo que, como los anteriores, sufrieron una mala situación en el cartel (aunque tampoco hay mucha más opción).

Nadadora atrajo mucha más atención, prácticamente llenando la carpa desde primeras filas y sonando mucho mejor de lo que cabría esperar, aunque en ocasiones se echó en falta más protagonismo para la la voz de Sara. Su sonido denso es bastante exigente, pero respondió con creces. Gente cantando y bailando sobre todo los temas de Luz, Oscuridad, Luz y la sorpresa de la incorporación de “Las Trompetas de la Muerte”, los vientos de Delafé, acompañándoles sobre el escenario. Muy buen concierto.

Cada uno tiene sus gustos y preferencias, y Joe Crepúsculo no está entre las mías. Sin duda son graciosos y pueden estar bien para bailar un rato, pero ponerles en el lugar privilegiado de la carpa de los modestos me parece un tanto exagerado. Eso sí, fueron muchos los que disfrutaron como enanos de la verbena indie en la que se convirtió la carpa, enloqueciendo con Ritmo Mágico. Personalmente salvaría Suena Brillante, aunque a la vista del éxito supongo que la culpa es mía. Para gustos…

Abrieron Ellos despejando las dudas sobre la acústica de la carpa principal. Sonido brillante y pop luminoso (manido, sí, pero me sigue pareciendo una descripción válida), aunque algo dulzón. Si algunos pensamos que el indie conseguirá dejar de ser minoritario para ocupar el lugar que le merece será gracias a grupos como éste, cuya propuesta, agradable y directa, encaja fácilmente con una buena cantidad de público. Estreno de álbum (Cardiopatía Severa), protagonista del concierto. Una pena que Jota llegase con retraso y nos privase del dúo. Los (más bien las) fans encantados con un buen directo.

Me parece injusto que se estigmatice a muchos grupos por su parecido con Joy Division y no comience hablando del sospechoso parecido de Chapel Club con Morrissey, hasta en la pose. Dicho lo cual, los ingleses dieron un buen concierto, aunque su sonido me resulta un tanto insulso y monótono. Ójala en posteriores trabajos desarrollen algo más personal y arriesgado.

Uno de los claros triunfadores de la noche fueron Delafé. Pop-rap divertidísimo, lleno de energía y carismáticos sobre el escenario hasta el punto de decirnos que “estaremos muertos toda la vida” y conseguir que nos riamos con ellos de nuestra propia mortalidad. Con 1984 incluso se samplearon como base de la canción. Fuera complejos y tristeza para un directo que no te puedes perder, que me disculpen los puristas. Habrá que ver si son capaces de reformularse para no caer en la monotonía, pero mimbres parece haber de sobra. La organización les premió con un bis que alargó su actuación, para algarabía del personal…

… salvo de May68, cuya actuación pareció recortada en tiempo por ello, y es una pena, porque la atrevida propuesta de los de Manchester fue de lo más destacado del trío de jóvenes promesas extranjeras del festival (junto a Chapel Club y The Mirrors). Pop, punk y disco en una mezcla realmente atractiva, la sorpresa de la noche y puede que del festival.

Para acabar, !!!, que se dedicaron a soltar energía de forma descontrolada. El frontman Nic Offer no paró un segundo a lo largo de toda la actuación, prodigándose en paseos entre el enloquecido público, poses y baile propio de una modelo con una sobredosis de anfetaminas. En lo musical, una sucesión de hits para no parar. Derroche de simpatía que tuvo su colofón invitando a la cantante de May 68 a participar en una canción que “le había dicho que le gustaba”. Gran personaje.

Vuelta a la tienda, tatareando canciones de Delafé, que al día siguiente habría que seguir con el trabajo.

Sábado

Comenzamos por la tarde con Diadermín y su no muy convincente mezcla de lo-fi y punk. Aunque temas como Pepiño Blanco y ETT son divertidos, hace falta más elaboración para que una fórmula ni tan original ni tan nueva cuaje. Curiosamente hicieron un par de “salidas nulas” en alguna canción, cosa que habría sido difícil de detectar.

A la vista de su muy arriesgado estilo me resulta chocante el protagonismo que comienza a cobrar Franc3s, puede que debido a una carrera por el segundo puesto en el movimiento galician bizarre. Es complicado saber dónde acaba su música y comienzan los problemas de sonido, pero el grupo no consiguió atraer toda la atención que su volumen merecía. Apostaría a que estamos ante una banda con un gran potencial, pero todavía es pronto para domar la cantidad de ruido que utilizan de materia prima. Hablamos en unos años.

Para esta hora la lluvia ya comenzaba a ser un serio problema. Se notó que el público llegaba con cuentagotas, y se empezaban a formar auténticos ríos sobre el cemento, alrededor de los cables.

Tras el regusto a desconcierto que habían dejado los dos primeros grupos de la tarde llegó el turno a uno de los nombres propios del fin de semana. Lo único malo del concierto de Pony Bravo fue una, en mi opinión, inmerecida relegación al escenario pequeño. Los andaluces son uno de los sonido más personales, arriesgados y exitoso del panorama indie nacional de los últimos años, y lo demostraron en un gran directo que llenó la carpa, y que pidiendo bises tras China Da Miedo demostró que no sólo estaban allí por la lluvia. Mítica Rave de Dios. Imprescindibles.

Aunque personalmente fue una decepción la caída del cartel de The Wave Pictures, The Mirrors, cubrieron con creces la complicada papeleta de sustitutos. Estreno en España de un grupo de electro pop con sabor a Joy Division, Depeche Mode y Kraftwerk. Acompañados de una proyección de formas e imágenes dieron un gran directo que acaparó la atención de un sorprendido público que no les conocía. Un gran acierto tenerles en el FDN.

La lluvia se convertía por momentos en tormenta / muro de agua. Se anunció más de media hora de retraso en el concierto de Sexy Sadie debido a una acumulación de retrasos en su vuelo -hasta 7 horas, comentaron más tarde-. Si tengo que ponerle un único pero a la organización de todo el fin de semana sería por qué no se replanificó el concierto de los mallorquines. Siendo su retraso algo predecible creo que mover retrasar su actuación un par de posiciones habría sido más acertado, en mi opinión. Al no hacerlo, el concierto de reencuentro resultó breve, demasiado. Un diez en actitud y ganas, pero fue un suspiro.

Triángulo de Amor Bizarro sonaron tremendos, acompañados del cantante de Sra Sr Sra en teclado y guitarra, que aportó aún más distorsión y ruido si cabe. TAB son una de mis formaciones favoritas, pero en algún momento de la noche hay que cenar, así que, como les hemos visto un buen número de veces (y lo que queda) no pudimos disfrutar por completo de un grandísimo directo. Nota curiosa: la batería no aguantó las ostias como panes ni una canción y requirió asistencia técnica a los pocos minutos.

Sin ánimo de ofender a nadie, The Vaselines resultaron una de las decepciones de la noche para mí, aunque quizá no podía ser de otra manera. Visto de manera objetiva estamos hablando de una formación que tuvo un único disco, hace ya más de 20 años, y que cobró notoriedad a posteriori por las versiones de Nirvana. El directo de la reunión fue una demostración de pop/rock correcto sin más, totalmente prescindible. Convidado de piedra entre el derroche de TAB y antes del punto álgido del cartel.

Hay dos formas de aproximarse a un concierto de Peter Hook en el que se pretende algo tan presuntuoso como revivir el mito de Joy Division: mirar con lupa la propuesta, o vivirlo como una fiesta. Si lo abordamos de la primera forma, hay que comenzar diciendo que, salvo que sufra de alguna enfermedad que le cause problemas de memoria, parece difícilmente justificable que recurra constantemente al atril para recordar las letras. Verle pasar página a mitad de canción resultó algo bochornoso. Musicalmente, más energía que emoción, y demasiada pose recurrente de tipo duro que no parece especialmente apropiada -parece que se cuelga más la guitarra por fotogenia que por intención de utilizarla-. Pero si te aproximas a su concierto como un fiesta, como un mal menor a falta del original y una forma de vivir en comunión con el resto de fans un disco histórico, su forma de plasmarlo en directo puede resultar válida. Tú decides si acompañar Love Will Tear Us Apart como si de un campo de fútbol se tratase es lo que buscas.

Las fuerzas y nuestro permeable calzado no nos permitieron aguantar más. A lo lejos, London Guns sonaban a una mezcla de DJ con Safri Duo. Y una pena no haber llegado a ver a Gille Milkway. Pero no se puede tener todo…

En resumen un nuevo año de un buen festival. El cartel presentaba un adecuado equilibrio entre nuevas promesas (muchos grupos con un sólo disco) y clásicos, entre nacional y extranjero y entre apuestas seguras y arriesgadas y así resultó, con unos cuantos buenos conciertos y sorpresas. Aunque el premio del público probablemente se lo llevase Delafé, yo me quedaría con Triángulo y Pony Bravo entre los nacionales y con las gratas sorpresas de May 68 y The Mirrors entre los extranjeros.