19 abril 2024

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Zahara hizo doblete el 18 y 19 de diciembre en la sala But. Las entradas se habían comprado con meses de antelación y el sold out era evidente. Una vez dentro era difícil hacerse hueco, deambulando puede observar el abanico de edades que llenaban el recinto y como pude, me sumergí en el ambiente groupie que se había adueñado de las primeras filas.

A decir verdad, solo la había visto en festivales durante este verano. Así que fui al concierto con cierta expectación, la cual fue creciendo al hablar con gente que había venido expresamente de Pamplona, solo para verla. Por fin, llegó la hora. Eran poco más de las 21:00 cuando el himno de Star Wars se impuso en la alterada sala. Zahara entró solemne, inundando el escenario con seguridad y con su innata timidez. Incluso diría que estaba sorprendida, como si a estas alturas todavía se extrañase al ver a tanta gente rendida a sus pies.

Agradeció a los asistentes “Por estar aquí hoy, y más sabiendo que se estrena Star Wars. La película estará en aún los próximos días, pero lo que se va a vivir aquí esta noche va a ser irrepetible“. Y así fue.

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Un monólogo con aire cómico sobre desengaños amorosos y de las tonterías que hacemos cuando estamos enamorados, abrió paso a la acústica “Interior Noche”. Pasado el tramo íntimo, se unieron al escenario los componentes de la banda Mucho (desafortunadamente, pero alegrándonos por ellos, Mucho saca disco y el año que viene no va acompañar la gira de Zahara ). “La Gracia” fue la elegida para que la orquesta se uniese a la directora o viceversa.

Siguió el single promocional de su último trabajo Santa, “Oh Salvaje” para dar lugar a incorporaciones del anterior como “El Universo” y “Leñador”. Con “El frio” vino la bajada de intensidad para dejar sitio a los coros, o véase también conjunto de personas hipnotizadas que cantan de una manera coordinada.

“Rey de Reyes” puso de nuevo los ritmos cardíacos a máxima velocidad. Los pocos ateos/as que todavía quedaban en la sala se convirtieron al instante, y no era para menos. Parecía una orgía ancestral de instrumentos, todos perfectamente sincronizados y dirigidos con maestría para que la sonoridad fuese increíble.

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“Hágase”, “Camino a LA”, “Crash”, “El lugar” precedieron el momento colaboraciones con Luis Brea. “Automáticamente” fue la canción a interpretar, previo baile de lo más preparado.

El show siguió con una versión de Band Of Horses, con “el funeral” y “el Deshielo”. Ya una vez superada la primera parte, Zahara se despidió por unos minutos. Más de uno y una se estaba quedando en estado de afonía, pero había muchas ganas de más. Así que después del Bis vino “Caida Libre”. Canción que exalta la amistad “por sacarla de la tristeza y llevarla a una discoteca para marcarse unos bailoteos ante la mirada de unos feriantes“.

“Tu me llevas” fue la elegida para dar por finalizado el espectáculo y reunirse con todos los creyentes en la pista de baile.

Ya saliendo de la Sala But me di cuenta de que no había asistido a un concierto convencional. Me había reído de las historias que María Zahara Gordillo Campos contaba con soltura, cuando el logo de Santa Zahara se cambió por Yola Berrocal moló mil, cuando sin morderse la lengua habló de quien iba a votar o cuando nos dio unas lecciones de movimiento de caderas sin despeinarse, tipo Pulp Fiction. Sin duda, mis expectativas se vieron recompensadas con creces, ahora sí creo en la afirmación de que Zahara es una estrella santificada del Pop.