Álbum Internacional

Bolts of melody, Film Noir

8,5/10

Norman Records | 19 de enero de 2024

Adam Franklin, la leyenda del Shoegaze, se aventura por terrenos cinematográficos junto a su banda Swervedriver. La maestría con la que fusionó shoegaze y metal en la década de los 90, especialmente destacada en el álbum “99TH DREAM” de 1998, resurge ahora con su relanzamiento. En esta campaña, Franklin presenta su último proyecto, Bolts of Melody, donde busca fusionar Shoegaze con la evocadora música de bandas sonoras.

El álbum, concebido como la banda sonora de una película imaginaria, permite que cada canción tenga la libertad de explorar. Más allá de las voces, la esencia recae en las emociones. ¿Te has preguntado cómo sonaría una colaboración entre Ennio Morricone y Dinosaur Jr.? “Black Flower” es la respuesta. J Mascis ofrece un cautivador solo de guitarra, mientras un coro entona una melódica y encantadora composición. Las influencias de la música cósmica alemana y el post-rock de Mogwai también dejan su huella en la obra de Adam Franklin. El cierre, “Vamp”, evoca el instante en que un sueño se transforma en pesadilla, con samples de voz y ritmos de jazz.

Colaboradores notables, como J. Mascis y The Besnard Lakes, añaden matices interesantes a esta travesía musical. Las piezas más suaves, como la hermosa “Harpsiglass”, provocan imágenes en la mente de los oyentes y podrían despertar el interés de directores para futuros proyectos con Bolts of Melody.

Bolts of Melody, marca así su regreso después de una década, presentándose ahora como una banda completa y con un nuevo álbum. Las puntuaciones cinematográficas, especialmente las de los años 60 y 70, siempre han impregnado la música de Franklin, pero ahora ocupan un papel protagonista. Incluso se planteó la idea de liberar las pistas completamente de voces, aunque finalmente Franklin participa de manera acompañante, sin asumir el rol de vocalista principal.

Film Noir no solo atraerá a los fanáticos del giallo italiano, el horror y los spaghetti westerns, sino que las canciones, algunas con letras, son atractivas por sí mismas, ricas en texturas con teclados, vibráfono y cuerdas, junto con la sorprendente destreza guitarrística característica de Franklin.

¡Abandonamos esta review para que lo disfrutéis vosotros mismos!