25 abril 2024

colina5to-3-smallEn una de nuestras varias escapadas a la capital Madrileña decidimos pasarnos por primera vez por el mítico Café Central debido a que durante la semana del 22 al 28 de Marzo tocaba el quinteto de Javier Colina, a quien ya vimos en sucesivas ocasiones en el difunto Café España de Valladolid.

El contrabajista de Lágrimas Negras se acompañó esa noche de un quinteto de auténtico lujo encabezado por Perico Sambeat al saxo, el cubano Pepe Rivero al piano, Daniel García a la batería y Moisés Porro a la percusión y ofrecieron un exquisito recital de más de noventa minutos compuesto por nueve temas jazz fusionados con la raíz latin afrocubana que tanto nos gusta.

La noche comenzó con esa maravillosa One by one de Wayne Shorter, que tan famosa se hizo gracias al grupo de Art Blakey, en la que ya comprobamos como el pianista cubano le confería ese toque latino que imperaría en el resto de los temas, acabando con sencillas improvisaciones de seguir para todos los respetuosos asistentes del Café Central. Le siguió una versión, que no arreglo como decía Colina ya que la utilización del término daba lugar a pensar que la pieza estaba rota, de la maravillosa balada Naima de Coltrane, realmente pieza original del mítico pianista español Tete Montoliú. Tras ellos, dos temas de origen latino para acabar el primer pase. El primero, un tema mexicano titulado Verdad amarga en el que Colina comenzó lúgubre y depresivo a su querido contrabajo para dar paso al suave soplido de Sambeat a modo de lamento acompañado de las intimistas escobillas de Daniel confiriéndole una triste pero preciosa atmósfera. Tras ello, Hugo, una alegre composición de ritmos colombianos y venezolanos acompañados de Perico al saxo tenor y una melodía al piano que no paraba de recordarnos al gran Bebo Valdés. El contrapunto perfecto al anterior tema.

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En el descanso la nostalgía por el citado Café España nos invadió y no hicimos más que recordar los nombres que pisaron el escenario Vallisoletano y las ganas de volver a ver a estos grupos en la ciudad.

Epistrophy de Thelonius Monk sirvió para abrir el segundo pase en un arreglo por cumbias con frenética cita a Rhapsody in blue incluída y dio paso a uno de los temas más versionados de cuantos estandars de jazz existen, You don’t know what love is, pasado por un fabuloso filtro latin. El tema más auténticamente afro-cubano vino con A mi manera, de Marcelino Guerra, una cumbia cubana en toda regla que animó al público para acabar con el Segment de Charlie Parker con magníficas improvisaciones virtuosísticas en las que se citaron desde la marcha nupcial hasta el concido quizás.

Como no podía ser de otro modo, el entregado público aclamó el necesario bis para el que el quinteto escogió esa preciosa balada de Duke Ellington que es Star-Crossed Lovers. Un final ideal que nos llevó hasta las nubes y nos hizo soñar y recordar otros tiempos en los que no había que desplazarse hasta la capital para escuchar lo mejor del jazz nacional.

Dedicado a Santiago y Mario de Café España (Valladolid)

httpvh://www.youtube.com/watch?v=Jal1zKUqPjI