28 marzo 2024

artworks-000060370727-g5o85c-t500x500Imagina haberte metido toda droga alucinógena presente en este mundo, sin riesgo de sobredosis claro está, todos los colores fluyen hacia a ti, tus sensaciones se multiplican, el sonido viene, va y vuelve de nuevo sin lograr captar de donde procede la fuente de ondas. Tu mente se siente confundida pero a la vez entusiasmada y divertida.

Ahora imagina todo eso pero sin haber olido ni siquiera el humo de un porro, esa sensación dura en este caso hora y cinco minutos y se llama Gobi, sí como el desierto, un desierto en el que las voces y los instrumentos pasan a través de las dunas conformando un paisaje sonoro lleno de capas y capas de texturas.

Las ideas muy claras tenía Mequetrefe cuando se embarcó en su segundo trabajo, tan nítidas que hasta se encargaron de la grabación, mezcla y masterización, y nos aseguraron que cada canción sería una pequeña obra de arte, sin nada de relleno. No mentían, un disco impecable de principio a fin, sin posibilidad de aburrimiento gracias a los contrastes provenientes de la mezcla shoegaze/psicodélica/electrónica/pop/dub que llevan a cabo.

No hay comparación posible dentro de nuestras fronteras actualmente, están aportando a la escena española mucho más de lo que creen, la única traba en todo esto es eso mismo, el no ser de cualquier país anglosajón que ya se habría encargado de tener a Mequetrefe en el Olimpo de sus grupos sagrados.

Este año ha sido sin duda clave para ayudar a la consolidación de la banda, tanto por haber fichado por El Genio Equivocado, como por después de un necesario trabajo de experimentación y juego con los instrumentos como fue Play Off, haber definido un sonido muy propio reflejado en Gobi.

Diez canciones lo componen, de las cuales ya conocíamos A serious band, de su anterior EP, Kill all the indies, Orange, presentado como primer single y The Last Level, el que fue el segundo.

Floating es el hitazo pop por excelencia, con las guitarras y continuas melodías que ayudan a acercar el género al público mas escéptico, muy usadas en las presentadas Orange, The Last level y en Fonfria.

Cool y 99 son esa parte caótica necesaria para despertarnos del estado inducido por Moskeiro, belleza pura, una canción de cuna para cualquier hijo del noise.

Belén is back es el resultado de la mezcla, pop en su gran mayoría pero con un breve paréntesis caótico.

Poco más se puede decir de un grupo que consigue recodarte simultáneamente a Flaming Lips, Primal Scream o My Bloody Valentine, bueno sí, que por si no está lo suficientemente implícito en la reseña, esta banda acaba de hacer uno de los discos del año.