‘Naufrage’, Celine Van Heel cambia de rumbo su carrera con su primer LP
Con Naufrage, Celine Van Heel inaugura una nueva etapa creativa y firma su primer disco de estudio, un debut que funciona como declaración de intenciones y como acto de valentía artística. Hasta ahora, su nombre había brillado con fuerza en el ámbito de la imagen: fotógrafa de referencia dentro del panorama nacional, responsable de campañas internacionales y autora de un imaginario visual tan reconocible como personal. Tras su reciente paso por la última edición del Benidorm Fest, Van Heel da el salto definitivo y se sitúa, por fin, al frente de su propio proyecto musical.
Lejos de ser un giro improvisado, Naufrage es el resultado de un proceso largo y profundamente íntimo. El álbum mira hacia atrás, hacia la infancia y hacia aquellas canciones que sonaban en casa y que, sin saberlo, fueron moldeando su sensibilidad artística mucho antes de que la cámara se convirtiera en su principal herramienta de expresión. Ese poso emocional atraviesa todo el disco, que se construye desde la memoria, la fragilidad y la necesidad de narrarse sin intermediarios.
Musicalmente, Naufrage se mueve entre la introspección y la elegancia, con una atmósfera cuidada que dialoga con su universo visual sin quedar atrapada en él. Más que un simple cambio de disciplina, este debut representa un punto de inflexión en la trayectoria de Celine Van Heel: una artista que decide exponerse desde otro lugar, asumir el riesgo y dejar que la música complete un relato creativo que llevaba tiempo pidiendo voz propia.
