En el pabellón de la feria se congregaron jóvenes de a partir de la veintena larga, fans de placebo desde sus mejores tiempos probablemente, que quieren ver a los que ya no son lo que eran. Llenaron más de la mitad del recinto, unas 3200 personas según la organización, no mucho teniendo en cuenta ante quien nos presentamos, sin embargo los que había no eran casuals sino los auténticos que corean y silban todas las canciones.
Digna de los más grandes escenarios y estrellas de rock se descubría una pantalla al fondo del escenario. Llega el momento y dicha pantalla muestra solemne un eclipse de sol, comienza la música de forma tan mayestática como el fenómeno natural que se proyectaba y con este ambiente aparece el grupo, todos y cada uno ataviados de blanco acogidos por los gritos de los fans. La proyección se convierte en llamas y se empieza a oir la inconfundible voz de Brian Molko, el más andrógino de los cantantes, con el tema Nancy Boy, se aprecia un sonido un poco enlatado, sin embargo la energía de grupo y público es excepcional. Sigue con uno de los singles de su último trabajo: Ashtray Heart y continúan con el tema que da nombre al disco Battle for the sun. Nos complacen con un par de temas más y llega la archiconocida Every you Every me, tema que les proyectó en 1998 y que todavía levanta pasiones.
Como suele hacer Brian en cada pais, dirige unas palabras en el idioma local para ganarse al público y como siempre funciona. Siguen haciendo un recorrido principalmente por su último disco pero regalándonos de vez en cuando uno de sus temazos como Meds, se atreven incluso con un cover de All apologies de Nirvana. Nos van preparando con Song to say good bye y hacen el amago de irse con la potente The Bitter End que levanta otra vez al público.
Vuelven con un par de temas suculentos y con otro par no tanto, destacamos las esperadas Infra-red y Post Blue para terminar (sin tocar special k, una de mis favoritas) no muy animadamente con Taste in men después de una escasa hora y media que para unos fue lo suficiente pero que a otros dejó con sabor a poco. Lo que me planteo si fue suficiente fue la acústica del emplazamiento que se comió todos los agudos dejando un sonido opaco y un poco sucio.
Después de todo, fue un concierto de los grandes pero de los grandes que fueron más grandes antes que ahora, los que hacen vibrar más con sus temas antiguos que con sus temas nuevos, los que mantienen a sus incondicionales pero van adquiriendo esa aureola de vieja gloria.
Fotos: Juanignaciosl
perdona que te diga, pero battle for the sun, o the never-ending why, y otros del ultimo disco son una autentica pasada y mas en directo.