
Ya están aquí de nuevo los reyes del power pop. Tras una larga espera de seis años desde la publicación de «Shadows» (2010), en el que Norman Blake, Raymond McGinley y Gerard Love han estado metidos en múltiples e interesantes proyectos paralelos (Joonny, Lightships, New Medicants,…) , y en los que Norman ha estado viviendo en Canadá; los Teenage Fanclub han publicado su décimo trabajo.
Un disco, «Here» labrado entre la Provenza francesa, la casa de Ray en Glasgow y Hamburgo, en el que las labores de producción dirigidas por su técnico habitual David Henderson junto con la cabeza pensante de la banda en temas de arreglos Gerard han tenido mucho protagonismo. Y es que lejos quedan los TFC de los noventa con su sonido indie más embrutecido o su versión más popie y edulcorada, ya que para la ocasión se muestran mucho mas maduros y menos evidentes. Si bien la esencia se mantiene: el poso Byrds o Big Star, con grandes armonías vocales, protagonismo de las guitarras, brillo en los estribillos y esa tendencia a la melancolía que llevan en su adn escocés.
De este modo tenemos singles evidentes como «I’ m In Love», irresistible adelanto que ya conocíamos, «The Darkest Part Of The Night» con sus violines de fondo y su aroma Byrd, la psicodélica «I Was Beautiful When I Was Alive», el power pop delicioso de «Thin Air», «Live In The Moment» o «It’ s A Sign» o el pop ensoñador de «I Have More Nothing To Say» (¿un guiño a sus compatriotas Belle And Sebastian?). También hay temas lentos llenos de capas de punteos de guitarras, tenues o envolventes teclados, vientos comedidos o susurros al cantar como «I Was Beautiful When I Was Alive», «With You» o «Connected To Life».
Un nuevo canto al amor y a la vida de los de Glasgow, que no cae en la repetición o evidencia, sino que ha sido forjado desde la madurez y desde unos aprendizajes musicales logrados tras décadas de una carrera musical sin parangón en nuestros días. Esta es la vuelta de estos grandes del indie.