29 marzo 2024

 

Un grupo que consigue que su sonido sea inconfundible, este impregnado por un color propio que los diferencia de los demás, los hace únicos, es un grupo que merece todo mi respeto. Si además, consiguen ser fieles a ese sonido que ellos mismos han creado  en todos y cada uno de sus trabajos, además de respeto, tienen toda mi admiración. Vivimos en una época donde parece que está todo dicho, cualquier grupo, por exclusivo que parezca, te recuerda a algún otro, pero The Dodos tienen un sonido realmente particular y curioso.

Ese sonido único permanece inmutable en su nuevo trabajo Individ, Logan Kroeber sigue prescindiendo del bombo de la batería y Meric Long prosigue con su renuncia a las púas a la hora de tocar la guitarra.

 

The Dodos

 

Pero esto no es todo lo que se esconde tras Individ. A lo largo de nueve temas, el dúo californiano irradia energía y demuestra que, ese lenguaje que crearon hace una década, les sirve para exorcizar sus demonios internos, aun alterados por la muerte de Christopher Reimer, amigo del grupo y guitarrista ocasional.

Individ fue grabado inmediatamente después de finalizar su anterior trabajo, Carrier, y, según el propio Meric ha confesado, tan solo querían divertirse, sentir el alivio de ser libres de hacer lo que realmente les apetecía. Así, The Dodos han confeccionado un trabajo en cierto modo espontáneo, con explosiones melódicas y temas exultantes que, sin embargo, aparecen bañados por una patina melancólica y gris materializada en las letras de Meric Long, frases cortas, con una gran contenido poético.

 

dodos

 

Si bien es cierto que Individ no tiene el impacto de discos como Visiter o Time to Die, ni acoge temas tan conmovedores como “Fools”, “Red an Purple” o “Fables”, contiene un puñado de canciones compuestas con gusto e impregnadas por el sonido que encumbró a los temas antes mencionados, como “Precipitation”, “The Tide” o “Competition”.

Proclama Meric en “The Tide”; we keep playing till there’s nothing y nosotros deseamos que sea así.