25 abril 2024

 

 

Decía Ramón en uno de los conciertos que dio en solitario a finales del verano/principios del otoño del pasado año que, cuando es feliz, los discos le salen peor. Discrepo con lo segundo y, después de escuchar Oh, rompehielos hasta dudo de lo primero. El principio del disco es como una ráfaga de aire frío en invierno, capaz de borrar de la mente cualquier mal presagio, cualquier pensamiento negativo, ese chaleco salvavidas al que aferrarse para mantenerse a flote. Eso es “Oh, rompehielos” el segundo corte del disco que lleva su nombre. “La reina del amazonas” le pone cara a ese barco que va atravesando mares cubiertos por el hielo. Es la que sopla con fuerza para remover esos sentimientos que estaban en calma hasta convertirlos en un remolino de optimismo y admiración (aprendí a perder, aprendí a querer).

 

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Pero no nos olvidemos de quién estamos hablando, Ramón Rodríguez habrá cientos o incluso miles, pero solo uno que haga canciones de desamor como las hace él. Esa capacidad para llegar a los corazones de los oyentes y mimetizarse con ellos hasta formar uno solo es una de las características principales de las canciones del catalán. Así, cuando llega el cuarto corte, “El Yeti”, con esa potente guitarra eléctrica que rompe la dinámica de la canción, Ramón repite una y otra vez “es mejor no volver a verse”. La cadencia de las canciones las va entrelazando hasta formar un trabajo compacto, uniforme. Hay reproches (tus idas y venidas me ponen enfermo, ponle remedio), hay delicados coros (como los que inauguran “Desencuentros”), hay canciones enérgicas (“Mientras sea un intruso”), hay temas envolventes y emocionantes (“El Yeti”). Pero, a pesar de las particularidades de cada una de las canciones que lo componen, Oh, rompehielos es un disco bastante homogéneo, cuidado y bello, similar a sus predecesores.

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En la grabación del disco han estado presentes músicos que habitualmente tocan con él como  Marc Prats (teclados), Pablo Garrido (guitarra) y  Marc Clos y se han incorporado al grupo Salvador de D’Horta (batería) y Javi Vega (bajo). La incorporación de D’Horta se hace patente en las percusiones que están más presentes y son, en cierta medida, más tribales. Y aunque Ramón comentaba que quería que el disco sonase como las maquetas, son más que evidentes las horas de producción que se esconden tras él.

Ahora, lo que nos queda es esperar para disfrutar de estos temas en directo como este “Reina del Amazonas”