
Fotografías copyright de Jorge T. Gómez.
¿Qué hace tan especial a los Teskey Brothers como músicos? ¿Existe una magia entre hermanos en general que les permita complementar sus sensibilidades musicales de manera única? Aunque no hay una respuesta irrefutable o ilustrada científicamente, la conexión palpable entre Josh y Sam Teskey dentro del escenario como en sus grabaciones, sugiere que podrían ser considerados una referencia cuando se habla de hermanos que comparten el arte de la música, al igual que los Everly Brothers en el ámbito del rock and roll, los Isley Brothers en el soul y Motown, los Jackson 5 en el pop y R&B y los Allman Brothers en el rock sureño, todos ellos ejemplos de cómo la colaboración entre hermanos puede elevar la música a nuevas alturas creativas y emocionales. Igual la timidez de uno y el carisma del otro nos lleve incluso a recordar a The Black Crowes. Aunque para parecidos, físicos en este caso, Sam tiene un aire a Jeff Bridges y Josh recuerda a Barry Gibb de los Bee Gees.
Por más que parezca improbable que una banda formada en 2008 haya experimentado un ascenso tan meteórico, para los Teskey Brothers, este fenómeno tiene una coherencia única: dedicación y constancia desde sus primeros años por tabernas. Esta noche regresaron con fuerza a la Riviera tras su actuación en el Festival Internacional de Benicàssim (FIB), preparándose ahora para volver a Barcelona, en un concierto que estamos seguros capturará la misma intensidad y pasión que demostraron en Madrid. Ambos SOLD OUT. Recordemos que los últimos años han sido extraordinariamente productivos para The Teskey Brothers, culminando en el lanzamiento de su álbum «The Winding Way» (2023) y hoy dando un espectáculo inolvidable en la Riviera.
Primero contamos con Hussy Hicks, dignas teloneras. El dúo de blues y raíces compuesto por Leesa Gentz (voz, percusión) y Julz Parker (guitarra/voz), ha estado desplegando su magia musical durante la última década y media. Con una extensa discografía, reconocimientos y giras tanto por Australia como a nivel internacional, demostraron que no estaban dispuestas a permitir que el teloneo de una banda tan prominente como The Teskey Brothers detuviera su flujo creativo, incluso podríamos declarar que estuvieron algo más enérgicas de lo que esperábamos, distinguiendo su directo del efecto bonanza de sus discos. Lo hicieron acompañadas de una batería y de un bajo que retumbaba ligeramente. Entre sus pistas se encontraron «Mutiny», «Light a Candle», «Pirate flag» y «Texas», entre otras, mostrando con ellas su habilidad para fusionar el blues con toques contemporáneos y letras profundas que exploran temas universales como el amor y la pérdida. Hussy Hicks no solo calentaron el escenario, sino que también abrieron el apetito para conectar con el artista principal: The Teskey Brothers.
El setlist de los australianos fue meticulosamente estructurado y repleto de los temas más atrapantes de su repertorio, deleitando tanto a los seguidores de siempre como a los recién llegados, pero es cierto que cuanto al equilibrio, algunas canciones se alargaron demasiado, perdiendo la oportunidad de escuchar otras más.
Los 7 músicos accedieron al escenario acompañados con la canción «I Wish I Knew How It Would Feel to Be Free» de Nina Simone, toda una declaración de intenciones. Los sonidos de la noche fueron claros y precisos, con la voz de Teskey tan desgarradora como siempre, mientras que la batería, el bajo, la guitarra, el órgano, la trompeta y el saxofón conocían sus roles y lo clavaron en cada pista. Imposible hacerse con sus nombres a la velocidad que los presentaba Josh. Cabe resaltar que todos ellos llevaban sus botellas reciclables, y además los hermanos portaban sus propias tazas para beber.
El atractivo general de su sonido soul/blues sureño puro se reflejó en la variopinta audiencia: no había una «escena» definida, solo apreciadores de la buena música y gente con ganas de disfrutar un viernes noche. También fue verdaderamente destacable el agradecimiento que mostraron en todo momento. Parecían no esperar tal acogida y se sentían profundamente enternecidos. Josh Teskey, que cerraba a menudos los ojos sonriendo para recordar la calidez de los aplausos, exhibió su destreza con la armónica así como su impresionante voz sin alejarse nunca del micrófono como hacen otros artistas que no modulan bien y cantan jugueteando con la amplificación, mientras que el guitarrista Sam Teskey tocó con una destreza que justifica la afirmación de su hermano «él canta con la guitarra». No están reinventando la rueda, pero la hacen girar a un nivel digno de elogio.
Vamos con algunas canciones de su setlist: Desde el blues clásico y melancólico con guitarras suaves y una voz emotiva en «Pain and Misery», hasta el sonido retro de «Crying Shame», acompañado de una profunda reflexión sobre las relaciones fallidas. «So Caught Up» exploró la complejidad emocional en las relaciones con su contagioso ritmo y enfoque en la sección rítmica, y las guitarras solas en acústico en «Carry Me on» hicieron de interludio emocional. Los solos de guitarra en «What Will Be» ofrecieron el uso magistral de la banda en la improvisación.
Por otro lado, el tema de Otis Redding «Try A Little Tenderness» fue perfecto para comenzar el cierre del concierto. El encore también incluyó el sencillo «Forever You And Me» y una interpretación a capella, que involucró al público en «Hold Me», creando un momento mágico e inmortal.
Sus canciones evocan nostalgia, dolor y triunfo, equiparables en calidad auditiva a los grandes de Motown. Como el café caliente o un buen vino, su música es un placer en sí misma. Sería injusto destacar solo un momento de la banda, ya que cada músico en el escenario demostró continuamente su habilidad para manejar el tempo y el ritmo de cada canción, creando una conversación musical fluida. Esto se mostró especialmente en «Rain», una canción emotiva y conmovedora que elevó la voz de Teskey y la habilidad colectiva de la banda, ofreciendo una actuación intensa y cuidadosamente medida.
En conclusión, la velada fue perfecta para cualquier amante de la música. No solo nos permitió experimentar por qué The Teskey Brothers son tan venerados en Australia, sino que también demostraron cómo la música puede revitalizar la vida nocturna, especialmente en una ciudad cálida como Madrid, un viernes a 39 grados fuera de la Riviera. Gracias a Live Nation y The MadnoteCo por ello.