Uniformados con pantalones pitillo, zapatos Oxford y calcetines blancos. El miércoles 10 de abril Jack Knife tomaron la sala El Sol, en Madrid; llevando su último EP “Need to Breed”.
Van saliendo de uno en uno, haciéndose los duros. Arrancan con ‘Stranded’ y no hacen pausa para ‘Go Go Go’. Sigue la arrepentida ‘Take Me to the River’, una quinta parte de “Need to Breed”. “Mañana no se curra, ¿no?”, es tonto creer lo contrario.
Destapan y defienden ‘You Will Pay’ diciendo que les gustó a los rusos cuando fueron a Perm a tocarla. La unen con ‘Destiny is Calling’, marcada por las palmas y la complicidad con todos los encantados de responder al “say eo”. Cánticos de estadio.
Carlos, vocalista, explica que les han pedido, en bares y unas chicas antes del concierto, un tema con el que hace mucho que no trastean. Se refiere a ‘Be Yourself’ y saldan la cuenta. Corean desde la primera fila, puede que las que hicieron la petición. Gira el micrófono hacia ahí y, al devolverlo a su posición, se le ha quedado bajito y tiene que agacharse. Mal menor. Cierra el círculo acompañado solo por aplausos.
Le toca a Javi Parsons, guitarrista, presentar ‘Toulouse’, aunque él no estuviese y se le note un poquito el rencor. Turno de ‘Rising up Again‘. Piden perdón por haber traducido al inglés el corte noventero ‘Al Amanecer’, por si a alguien le ha molestado.
Pese a lo derrotado e intimista, ‘Let Me Go’ no hace bajar la intensidad. Solo se ven brazos en alto y una decena de camisetas que rezan “Listen to Jack Knife”. Se oye una batería potente y precisa, a la que se van sumando el resto de instrumentos. Coordinan el pulso y los pies para una versión del ‘Girlfriend’ de Ty Segall.
Todos estamos algo más sudados cuando suena ‘Summer Nights’. Himno a la carretera, los festivales y la soledad repentina. Ellos se acercan, hasta casi tocarse guitarra y bajo. Se agachan y vacían en ‘MAMA’, forzándola. Poco les quedaba por soltar, y se deshacen de ello en lo frenético de ‘This Mother’. Parpadean los focos, hablan de los Beatles y los Rolling y no es herejía. Usan ‘Hey Girl’ para dar las gracias, no sabiendo por dónde empezar.
‘The Shepherd’s song’ huele a traca final. Un chico del público se alza y se deja llevar tumbado sobre la gente de un lado a otro de la sala, stage diving lo llaman. Entran al camerino pero nadie se da por aludido. El “it’s alright” insiste hasta que vuelven. Dicen adiós con ‘Revelation’ y ‘Fuck Forever’, de Babyshambles, contando con el apoyo de Amy Jo Doherty, hermana del frontman de la banda. Emulando a Kurt Cobain, a Iggy Pop o al tipo de hace un par de minutos, Carlos baja del escenario y le aúpan. Se van cuando los cuatro están de nuevo en vertical.
Habiéndose hecho cargo de todos.
