24 abril 2024

IMG_7958 (3)Diluvia en Madrid el 2 de abril, y menos mal que quién hubiese enfadado a la capital ya le ha pedido perdón. Sidonie presentan su séptimo trabajo, “Sierra y Canadá”, en el Teatro Lara, de la mano de Son Estrella Galicia.

Los de Barcelona pusieron punto final a la gira de “El fluido García” en este escenario, y han vuelto para cerrar el círculo. Dentro les esperan luces rosas de neón, una bandera inmensa de Canadá y un par de maniquíes. Se hacen de rogar, con Kraftwerk sonando de fondo. A las once saltan a las tablas, escudados con cazadoras doradas metalizadas, con una hoja de arce canadiense y una sierra en negro en la espalda. Pero no lo hacen solos, los flanquean Edu Martínez al teclado y Marcel Cavellé (antiguo Selenitas) a la guitarra.

Un “¿Qué tal Madrid? ¿Cómo estáis?” hace las veces de bienvenida y ‘Costa azul’ les sirve de primera piedra que tirar, pasan de puntillas  después a ‘La sombra’. En ‘A mil años luz’ los primeros inquietos se cansan de sus butacas y se ponen de pie. Cierran el tema llevándolo a su versión más eléctrica, enlazándolo con ‘Fascinado’ para hacer un repaso breve pero efectivo a su discografía anterior.

IMG_7850Antes de ‘Sierra y Canadá (Historia de amor asincrónico)’ avisan de que van a intercalar repertorio antiguo y a estrenar. Para Gainsbourg, del que Marc recalca era “un gran follador, por cierto”, invitan a unirse a Miri Ros, hermana del vocalista y su “Jane Birkin particular”, quien también les echa un capote con ‘Los olvidados’.

En ‘Hiroshima mi amor’ se hace el silencio, y no se rompe hasta el segundo estribillo, cuando se mezclan los aplausos y los sonidos digitales. Contraatacan al aire intimista de la anterior con ‘Todo lo que nos gusta’. Ahora sí que apenas se ve a nadie sentado. Jes, bajista, se menea mientras Marc lleva el ritmo con el pie. Axel, batería, se cobra con ‘En mi garganta’, cambiando la batería por una pandereta, haciendo llaves de arte marcial y confesando un “te quiero” con los brazos abiertos.

El punto de no retorno lo trae ‘Un día de mierda’. Marc agarra el micrófono “a lo Liza Minnelli” y se entretiene con el cable, como una diva. Usa el dedo de batuta para dirigir los silbidos, baja al patio de butacas y se acerca burlón a una chica haciendo fotos, esto ya es más de Mick Jagger. Siguen ‘Un día más en la vida’, ‘On the sofa’ y ‘El bosque’, alargadas y recreadas en su traducción más rock y potente. Las adornan también juegos de pies dignos de un ring de boxeo.

IMG_7875Tras el coreado ‘Estáis aquí’, llegó ‘My Generation’ de The Who, rematado con un solo de batería poderoso, heroico, con el que redimirse de los pequeños problemas técnicos del comienzo del concierto.

Huele a traca final con ‘Sidonie goes to the Moog’. Tanto que Marc sale antes de terminar el tema, para volver enfundado en una camiseta de Canadá, a conjunto con la bandera, a defender sin apoyos ‘Giraluna’. Los últimos golpes, certeros, son ‘Por ti’, ‘Nuestro baile del viernes’ y ‘El incencio’. Un bombín, un borsalino y posturas de mimo para decir adiós a un público cansado pero que no se harta de aplaudir.

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