
Nerviosos y excitados ya estábamos semanas atrás, cuando nos enteramos de que una de las mejores bandas españolas de rock&roll de todos los tiempos, visitaban nuestra ciudad.
Llamadas de teléfonos a colegas, recopilación de información para saber hora exacta y lugar del concierto, recuperar nuestras camisetas de la banda de los armarios (en mi caso no he dejado de ponérmelas)… Toda la parafernalia y ritual que exige un evento de estas características, estaba preparado para su exhibición.
Listos y uniformados cual gruppies, nos encaminamos a los alrededores de la plaza de toros donde se iba a celebrar el evento. Siempre hay que supervisar el ambiente y hacer un reconocimiento previo del espacio; en definitiva saber donde pisas.
Realizada la operación ojeo, las gargantas estaban secas, debido al paseo y al nerviosismo y nos adentramos en la zona de ocio (lease garitos) para refrescar el gaznate con zumo de cebada, muy aconsejable para estas citas.
Los bares colindantes estaban llenos de gente con la misma pinta o parecida a la nuestra; los parroquianos nos sabemos la liturgia a las mil maravillas y tenemos aprendida la lección de cómo hay que acudir a la casa del Señor. Caras conocidas, veteranos rockeros nos saludábamos, dándonos la mano sudorosa provocada por la excitación de lo que íbamos a vivir.
Mucho tiempo sin poder disfrutar de Burning en Valladolid.
Una de las mejores, más genuinas y honestas bandas de rock español, no puede estar sin pasar por nuestra ciudad más de dos años seguidos. Así que, a quién corresponda que se ponga las pilas para que esto no vuelva a pasar. Y bueno, el concierto no se ha hecho en la ciudad, que quede claro. El mérito es del ayuntamiento de Arroyo, así que seguimos sin que Burning toque en Valladolid.
Nos adentramos en el recinto pisando el albero, manchando nuestras botas moteras, que tanto brillo habíamos estado sacando para la ocasión. Acopio de víveres para la primera parte del espectáculo y sitio estratégico para un buen visionado.
De teloneros de sus majestades los Burning, tocaba una banda local. Happening es un grupo de pop-rock vallisoletano con mucho oficio, que nos ofreció un buen prólogo, tocando temas de su último disco Las apariencias no engañan y otros clásicos. Buen hacer en los líderes de la banda Carlos y Sergio, que hicieron que los asistentes, pocos en esos momentos, movieran a ritmo los pies y les acompañaran, cantando, en alguna canción. Sorpresa (aunque no tanto ) fue la aparición de García Calvo, antiguo futbolista del Real Valladolid y del At. de Madrid que acompañó a la banda cantando un clásico de Héroes del silencio.
El ambiente empezó a caldearse y el coso se fue llenando, cuando los preparativos en el escenario se sucedían con vértigo para el inminente comienzo del show de los de la Elipa.
Nuestros corazones ya iban a mil cuando los focos se encendieron en el escenario y Burning salió a escena.
Mis colegas y yo nos mirábamos con ojos de emoción y sin mediar palabra nos fundimos en un abrazo uno de ellos y yo (¡Pedro Pablo, qué grande eres! en todos los sentidos ) como diciendo ya estamos aquí y este es tu regalo. Porque uno de los mejores regalos que me podrían hacer es este, vivir una larga noche de rock&roll con los Burning y unos amigos.
Comenzaron el concierto con Tú, ruina total del disco Altura, siguiendo con Madrid, Jim Dinamita y haciendo un recorrido de lo más extenso, por cada uno de los mejores temas que la banda lleva en repertorio. ¡Si es que son todas buenas! Y cómo suenan
El acople entre ellos es total, la complicidad funciona y eso se nota. La última incorporación, Pitu, lo vivió intensamente y el ensamblaje con los veteranos es perfecto.
Johnny nos subyugó con su voz y buen rollo. Edu Pinilla nos deleitó con su maestría a la guitarra, con momentos especialmente calientes en sus punteos. Kacho a la batería estuvo fino, fino. Y Carlitos Cuadrado, enorme, al bajo.
Muchos clásicos que el publicó cantó y bailó como la primera vez, (Miéntelas, Es decisión, Chueca, Las chicas del drugstore, No pares de gritar, Esto es una atraco, nena, Es especial) que disfrutó de lo lindo, que se empapó del champán que Johnny vertió y movió las caderas como nunca. No faltó en este momento el Mueve tus caderas, por supuesto.
Remataron la faena en el coso de Arroyo con Una noche sin ti, temazo donde los haya, que hizo que la emoción llegara a lo más alto y una lagrimita recorriera mi mejilla, al mirar a mi chica y verla cantar y disfrutar como yo hacía. Sólo los grandes provocan estas emociones y los Burning lo son.
No tardéis chicos. No podemos estar muchas noches sin vosotros.
¡Salud y Rock&Roll!
texto de Carlos Burguillo
fotos de Fran Cea
BURNING + Happening
Plaza de toros de Arroyo de la Encomienda de Valladolid
10 de junio de 2010
Evento producido por Xtrañas producciones