Hacía ya seis años que la banda en activo más importante del rock en español no se acercaba por Valladolid y lo hacía en esta ocasión en un escenario que recordaba a los míticos conciertos de los años 80 en que las plazas de toros se convirtieron, esta vez si, en recintos culturales acogiendo actuaciones de bandas que, en la mayoría de los casos, conseguían agotar localidades.
No fue este el caso y a pesar de que se trataba de un concierto gratuito la plaza, que de por si constituía un recinto de tamaño excesivamente grande, presentó una entrada decente y conformada por muchas caras conocidas de la movida de la ciudad y muy pocos curiosos, que es el elemento más común en estos eventos cuando son gratuitos, y que deslucen, en ocasiones, el ambiente idóneo para un concierto.
Abriendo el fuego HAPPENING, banda local con una trayectoria más que demostrada y muchas tablas en su historia y que les sirvió para hacer frente a la poca audiencia que había en ese momento sobre el alvero y, presentando nueva base rítmica, repasar las canciones de su último disco Las Apariencias No Engañan y versiones de Calamaro, Radio Futura e incluso Bunbury con la colaboración, ya habitual del alter-ego del cantante maño que constituye el ex futbolísta, y ahora vocalista de La Influencia de Baco, García Calvo.
Con la impaciencia por ver sobre el escenario a la reencarnación hispana de los Stones y con la tranquilidad de haber comprobado como el sonido de la plaza cerrada era más que bueno salieron a escena BURNING, con Johnny Cifuentes ocupando con su teclado la parte izquierda y el grandísimo Edu Pinilla con su estilo y maestría a la guitarra en el lado derecho y dejando el espacio central a Carlos Guardado al bajo, con un papel muy destacado en el sonido global y su más reciente incorporación, Pitu, a la segunda guitarra.
Una vez que comenzó el concierto se dio el pistoletazo para dos horas de terremoto emocional en el que se intercalaban algún tema de la época más reciente como Tu Ruina Total, con la que empezó la actuación, con el repaso a todos sus grandes clásicos, con un sonido fresco, limpio y actualizado y que convirtió la plaza en un inmenso karaoke en el que se entonaban temas míticos como Jim Dinamita, Jack Gasolina, una increible Las Chicas del Drugstore, Huracán, Mientelas (conmovedora), Decisión, Muevete en la Oscuridad, Es Especial, Mueve Tus Caderas (botella de champán incluida) o su clásico Que Hace Una Chica Como Tu enlazada en su final con el Walk on the Wild Side de Lou Reed.
Con la sencillez que da la profesionalidad y la música pura que sale desde dentro dejaron la sensación de que hay BURNING para rato ya que los músicos disfrutaron e hicieron disfrutar a los presentes en un concierto, convertido en ceremonia, que dejó a todos satisfechos y con ganas de una nueva reunión con la banda madrileña. Esperemos eso si que no pase otro lustro antes de que se vuelvan a acercar por aquí. Se necesitan bandas como esta para seguir conservando la fe
