
‘Carmen, nada de nadie’ inaugura la nueva temporada del Gran Teatro Pavón
Tras su exitoso estreno y reposición en la temporada pasada en el Teatro Español, regresa a la escena madrileña para inaugurar la nueva temporada del Gran Teatro Pavón la obra Carmen, nada de nadie, retrato de Carmen Díez de Rivera, que fue jefa de gabinete de la Presidencia del Gobierno en la Transición y una mujer libre, feminista e independiente.
La obra escrita por Francisco M. Justo Tallón y Miguel Pérez García, que ganaron con ella el Llàntia a la mejor autoría en los VIII Premios de Teatro José Estruch, indaga en la biografía de una mujer valiente, de orígenes aristocráticos, que supo construir y dirigir su propia vida, por encima de sus circunstancias personales y sociales, lo que le acarreó soledad e incomprensión. Dirigida por Fernando Soto, Beatriz Argüello asume una vez más el papel de esta mujer que el escritor Francisco Umbral bautizó como musa de la Transición y que durante el gobierno de Adolfo Suárez ocupó un puesto que ninguna mujer había desempeñado hasta entonces. Fue elegida eurodiputada a finales de los 80 y murió en 1999 a los 57 años.
Esta producción de Tablas y más tablas y Teatro Español permanecerá en cartel del 2 al 14 de septiembre en el Gran Teatro Pavón. A Beatriz Argüello le acompañan en escena Oriol Tarrasón, Ana Fernández y Víctor Massan. Nada de nadie surgió de la fascinación que experimentaron por Carmen Díez de Rivera Justo Tallón y Miguel Pérez. Tallón llevaba años obsesionado con la idea de escribir sobre ella y arrastró a su compañero de pluma hacia esta obsesión. A partir de esa atracción, ambos indagaron sobre la época y las circunstancias que rodearon a esta extraordinaria mujer nacida en Madrid en 1942, construyendo un artefacto teatral en el que la ficción sirve para contar la verdad.
En el escenario, el personaje protagonizado por Beatriz Argüello va desgranando los momentos álgidos de una intensa y desafiante carrera política, fundamentalmente el periodo que trabajó en el Gobierno de Suárez, mientras recuerda los episodios íntimos que marcaron su desdicha y su carácter. Entre ellos figura el de su condición de hija: su padre fue Ramón Serrano Suñer, cuñado y ministro de Franco en los primeros gobiernos del dictador. Serrano tuvo una relación extramatrimonial con la madre de Díez de Rivera, Sonsoles de Icaza y de León, de la que nació Díez de Rivera. Cuando ella se disponía a casarse con su novio le comunicaron que este era hijo de Serrano Suñer, y por tanto, su hermano.
Por la memoria del personaje de Díez de Rivera y ante el espectador pasarán especialmente tres de los personajes más importantes de la historia española del siglo XX, el propio Suárez, el rey Juan Carlos y el dirigente del Partido Comunista Santiago Carrillo. La vinculación de Díez de Rivera con ellos durante el periodo de la Transición que desembocó en la legalización del PCE en 1977 constituye el centro de Carmen, nada de nadie.
La obra, cuyo título está tomado de la letra de la canción de Cecilia Nada de nada, permite “hablar de nuestra historia reciente sin los complejos que a menudo parece que nos limitan”, explica el director del montaje. La puesta en escena del espectáculo recrea el contexto histórico de la vida del personaje, con momentos recogidos en imágenes, audios, canciones y sintonías que confieren a la escena un carácter en cierto modo cinematográfico. Pero sobre todo, plasma un carácter femenino luchador, a menudo solitario, contra todo y contra todos.