De la mano de Sonido Muchacho, CORTE! nos presenta su nueva canción “Cortes”, compuesta y producida por él mismo, y mezclada en los invernaderos por Pablo Cuerno y Jose Doel. La vida nos llega entrecortada, acelerada y editada para su consumo. Escogemos los canales que se adecúan a nuestra propia esquizofrenia mediática y los dejamos secos. ‘Cortes’ habla sobre esto, tomando el mismo ritmo acelerado y frenético al que se consumen nuestras emociones. Puedes escuchar su sencillo anterior “ciudad sin límites” aquí.
Más sobre Corte!
CORTE! es Gonzalo Barbero (Madrid, 1997) y una larga colección de obsesiones musicales y personales que han acabado encontrando vida en forma de canciones compuestas y grabadas en su propia casa. Su single debut, ‘Una Rata’, da buena cuenta de todo esto con una letra abrasiva que nos plantea en sus primeros segundos si seguimos viendo el vaso medio lleno, incluso cuando solo tiene veneno en su interior. A los once años Gonzalo encontró una pasión en la música que le llevaría a querer aprender varios instrumentos de forma autodidacta; para más tarde tocar en diferentes bandas y proyectos musicales, siempre en paralelo a clases y trabajos. Así en 2018 formó, junto a sus compañeros, Carrera, publicando un EP y un largo, así como escenario con grandes bandas del underground nacional, a lo largo de sus cinco años de existencia. El pinball de la precariedad laboral, y esa extraña autodetermianción que dan los tiempos preapocalípticos, fueron pretextos más que suficientes para que canciones que giran en torno a fetiches, anécdotas o simples descargas de frustración terminasen por encontrar un tiempo y un lugar en el que desarrollarse. Algunas veces en forma de demos que se completaban en descansos laborales entre letras y algunas de las peores notas de voz jamás grabadas en los asientos traseros de los autobuses de la EMT; otras en el puro divertimento hacer canciones. Entre la influencia de la música Talking Heads o Lizzy Mercier; hasta bandas actuales como Dry Cleaning o Yves Tumor. La ironía y el desdén se encuentran con una propuesta musical que él mismo define como “pop crudo” en guitarras secas, y un sentido del humor ácido, aunque siempre servido con mimo.