Hay rincones con mala suerte y otros desafortunados, y que a las 9:45 -la apertura de puertas estaba programada a las 9:30- siguiese la prueba de sonido no presagiaba nada bueno. Los más puntuales llegábamos a la entrada del Mirador de Cristal del Museo de la ciencia mientras Extrañas Compañías seguían peleándose con el penoso protagonista de la noche, el sonido de una sala que no se concibió para conciertos.
Unos minutos más tarde salían al escenario, ya con público delante, para presentar las canciones de su álbum recién publicado, Paisajes Desérticos, que puedes bajar desde su Bandcamp. Mucha ilusión en el escenario, alimentada por el éxito de descargas del mismo en estos primeros días. Es agradable ver que un festival con solera como el Valladolindie, al que tanto le debe la ciudad, reserva un hueco a grupos locales. Buen rock hecho en Valladolid, que hizo lo posible para conectar con un público que tenía que alejarse del escenario para poder apreciar algo el sonido de la banda, y es que el escaso rendimiento que se le puede obtener a la sala es unos cuantos metros más allá del mismo.
Tras el obligatorio descanso entre ambos, una pequeña catástrofe. Subieron Lagartija Nick al escenario pero a los pocos segundos el micro de Antonio dejó de funcionar y la banda recibieron instrucciones de bajar. Un problema en la mesa de sonido -hubo que poner hielos bajo la misma- paró el concierto durante un buen rato. Tras ese accidente se realizó una apresurada prueba de sonido que permitió retomar el concierto como buenamente se pudo.
A partir de ahí, lo que podría haber sido un buen concierto en que se revindicase una banda a la que se le acusa de haber hecho ya hace mucho lo mejor que pueden crear, sólo nos quedó una masa de ruido en la que era muy difícil distinguir nada. Dio la impresión de que, aunque lo intentaron, no se podía hacer más. Parte del público, la que ya venía convencida, disfrutó moviéndose al son del zumbido general, pero el ambiente en general era pobre. Poco se podía entender de lo que Antonio decía en el micrófono.
Presentaban las canciones de Zona de Conflicto, su último trabajo, pero da la sensación de que lo mejor que estos artistas dan de sí se deriva a sus otros múltiples proyectos paralelos -Los Planetas, Grupo de Expertos Sol y Nieve…-. Doce álbumes son muchos y el agotamiento parece claro. Me quedaría con la guitarra de Lapido, que se conseguía distinguir a pesar del cristal de la sala, pero creo que los asistentes salimos de allí comentando conciertos pasados y, si acaso, deseando que el próximo del ciclo Valladolindie, Idealipsticks con Campingás, ofrezca tanto como prometen dos grupos con toda la vida por delante.
¿Tan mal estuvo?
el sonido de ese lugar es de verguenza…