29 marzo 2024

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De las canciones de Rodrigo Amarante y de sus fotos promocionales uno se puede hacer una idea de cómo parecerá y se comportará en persona. Da la impresión de tener un halo especial, un aura que insufla alegría a los seres que le rodean. Pues bien, asistir a un conciertos suyo, y máxime si se compone únicamente de él y su guitarra, es mucho más revelador. Rodrigo se muestra cercano, relajado y risueño, ayudando al público a soltarse y dejar entrar más suavemente sus canciones. Eso ocurrió el pasado domingo en la sala Charada de Madrid.

Es cierto que faltando percusiones y arreglos el resultado en directo queda más huérfano, pero queda compensado con creces por el carisma de Rodrigo. Desgranó con ternura y delicadeza las canciones de su único disco, Cavalo (Easy Sound – 2014), y algún añadido más. Joyas como Mon Nom cantada en francés o The Ribbon en inglés dieron buena cuenta de que detrás de su álbum no hay ningún truco de producción y que es capaz de expresar enfrente del micro toda la melancolía y alegría de las que habíamos sido partícipes escuchándole. Así Rodrigo se ganó los aplausos de un público cómplice suyo con la festiva Maná y la reflexiva Tardei. Que grandiosa canción esta última, deja una huella profunda que no se olvida si se interpreta con tanto talento, aunque falten los coros que la realzan en el disco. Para recordar también es la versión de Unfucktheworld de su amiga Angel Olsen y el cierre con Evaporar, tema rescatado del único disco de Little Joy, grupo del que formaba parte con Fabrizio Moreti y Binki Shapiro.

Rodrigo ha sido toda una revelación este año, ya lo teníamos claro cuando publicó Cavalo y cuando actuó en el Primavera Sound de este año, pero verle al desnudo en solitario ha sido la confirmación definitiva de que tenemos entre manos un talento soberbio. Esperaremos con ansia su próxima visita.