28 marzo 2024

Entre lo chirriante y lo melódico, siempre nuevo y experimental y llega a conseguir erizarte el vello. Así es Xiu Xiu y, sobre todo, su frontman Jamie Stewart. Así son sus temas y más aún son sus directos, y no nos pensábamos perder la visita que nos hacía a Madrid ,dentro del ciclo Son Estrella Galicia, con motivo de la publicación de su nuevo álbum Always (Polyvinyl – 2012). Noche de martes, el concierto empieza tarde porque hay obra en el teatro hoy. ¿Merecerá la pena levantarse cansado al día siguiente?

Para calentar el terreno a los californianos se presentaba Lenticular Clouds, proyecto conducido por Albert Zaragoza Gas, que nos paseó por un relato electrónico repleto de matices y recovecos que requerirá mucho tiempo de análisis escucha a escucha en un futuro, pero que en aquel momento, con un teatro a medio llenar (siendo demasiado generoso) y sentado, resultó poco atractiva y no despertó apenas entusiasmo entre el respetable que, en parte, decidió prescindir de su respeto y empezar a hablar como si de bar de esquina se tratase. Poco a poco, sumergiéndose en la sonoridad de la guitarra y los sintetizadores de Albert, uno conseguía hacerse un hueco y apreciar el buen hacer del artista. Disfrutable pero poco adecuado para el momento.

No tardando saltó a la escena el cuarteto que forma Xiu Xiu, con Jamie Stewart a la cabeza debajo de su gorra, y sin más dilación abrieron con Fabulous Muscles, calmada y serena, una pequeña sorpresa ya que uno se imagina que reventarán con Hi, que abre su último trabajo, pero de ellos no nos podemos esperar convencionalidades. Aún así el setlist estuvo plagado de temas de Always, perfectamente interpretados, que se extendieron y se amoldaron al teatro como un recinto así se merece. Angela y Jamie se turnaron las vocales en Smear The Queen, con su atrayente estribillo, para después dejar paso a la potente base de Beauty Towne y que Jamie empezase a soltar todo lo que lleva dentro. Es difícil de explicar la sensación que desprende al cantar en directo, y al poner los caretos que pone, pero puedo decantarme por sobrecogedor. Dentro de su extravagancia, que se extiende al sonido general de toda la banda, es donde reside el secreto de Xiu Xiu, aparte por supuesto de las letras dolorosas, que suelen tratar de momentos duros de la vida, pero en directo lo que prima es la sensación sonora.

Dentro del último disco tengo que destacar el segundo corte del mismo, Joey’s Song, que mantuvo en concierto los coros estilo coral de iglesia, que le dan el toque tétrico que la hace tan grande, además de Honey Suckle y Hi. Esta última se reservó para el penúltimo lugar, pero tuvo la consistencia de pelotazo como hubiera sonado la primera. No descansaban entre corte y corte más que para que Jamie hiciera gárgaras (toque elegante) o para que batiera el récord de rapidez en cambiar una cuerda rota. Y de esta manera se desarrolló el corto pero intenso concierto que nos regaló la versión del Ceremony de Joy Division y del Suha de WarBucks, gloriosas ambas dos, aunque más resultona la primera de ellas sobre todo por el chirrío que tan bien saben interpretar. Muy escuetamente se despidieron (gracias y adiós) y no volvieron. No hubo bises, y no hicieron falta.

Tal vez por no haber bises, y porque había un piano tan perfectamente colocado en el hall del teatro, el batería de la banda nos dedicó como añadido una pequeña sesión al instrumento mientras el escaso público que asistió le hacía corrillo. En resumen, son una gran banda, pocas se les pueden comparar, y en directo transmiten lo que no está escrito y se dejan la piel. La imagen de Jamie Stewart cantando no deja dudas.