20 abril 2024

La pasada semana pudimos disfrutar de un pedazo de directo mayúsculo en la sala Nasti, por un lado unos de los participantes del nuevo ciclo de conciertos que organizamos desde NTD , Eh!, y por otro nuestos amadísimos Diecisiete , de manos de Producciones Ferrara.

Diecisiete son dos, Mae y Susana, voz-guitarra y batería, un dueto al que siempre que podemos vamos a ver, irradian energía, tienen una chispa que no tienen otros duetos, tienen ese elemento catalizador que nos acelera a medida que avanza su directo. Letras que exprimen la complejidad de la sencillez, mensajes noise y ruidismo que atrae la calma rodearon la atmósfera de la Nasti, donde la acústica no jugó malas pasadas . Su LP homónimo sigue siendo el hilo conductor de sus directos, donde cada vez pulen más sus recientes retoños. Así  pudimos canturrear ‘Azul’, ‘Te Quiero’ o nuevos temas como aquella que se ha quedado para nosotros como ‘La De Dios’. !!Joder qué ganas tenemos de que publiquéis vuestros nuevos temas chiquillos!!

Tras un breve recital de los madrileños, los seis componentes para la ocasión que conformaron Eh! casi tienen que salirse de la tarima para desplegar un arsenal de instrumental donde las cuerdas tenían un protagonismo vital. Elías Egido dirige esta nave instrumental que desembarca en cada sala con una tremenda tormenta sinfónica. La banda sangra influencias de post-rock, del hardcore melancólico, de un morricone electrico, de una película donde los protagonistas son los inmensos matices que adornan sus capas y estructuras que nos hacen Bailar a su lado, recorrer 451 km para verlos o bien dar un sentido real al título de temas como Ilusiones y Expectativas‘. Un repaso considerable a ‘La Fase Del Sueño Intratable’ y pequeñas incursiones a su anterior trabajo ’36 de 48′ . Parece que por fin vamos perdiendo el miedo a descubrir orquestaciones experimentales, puesto que la sala no presentó una mala entrada a mitad de semana, donde un público entregado cabezeaba con un verdadero abanico de sonidos envolventes y detalles que recorrían unas percusiones atronadoras, teclados hipnóticos, viola y chelo que a más de uno le volaron la cabeza (en el buen sentido).