24 abril 2024

Publicaba Jorge Ilegal en una red social que el concierto de Valladolid “no había llegado al cuerpo a cuerpo” y que el público fue “más receptivo que enloquecido”. Puede que tenga razón, cualquiera es capaz de contradecirle, pero en mi opinión, que ya me había encontrado con ellos en el concierto de Salamanca el pasado otoño, el show de la sala Mambo fue algo frío.

Y no por la ejecución y el sonido del espectáculo, que aunque algo bajo si fue claro y nítido, sino porque no consiguieron enganchar con el público.

Hubo condicionantes que sin duda influyeron en el resultado final, como lo temprano del horario de comienzo y la premura con la que fueron enlazando canción tras canción con el fin de interpretar la mayor cantidad de temas antes de que el limitado horario del recinto obligara a echar el cierre, y esto se notó en la falta de comunicación con la audiencia, algo que es un lazo de unión importante de Ilegales con sus seguidores, y no consiguió la comunión con un aforo generoso que sin embargo mostró pequeños síntomas de vuelta a la vida cuando sonaron las canciones más clásicas (Hola Mamoncete, Tiempos nuevos tiempos salvajes, Problema sexual, Heil Hitler, Bestia bestia, Eres una puta…) pero que estuvieron más fríos cuando atacaron Lavadora Blues o Quiero ser millonario.

También es verdad que en esta gira de despedida Ilegales tocan sin repertorio fijo y dejan que sea la voluntad del guitarrista, o la del público, la que elija el orden de las canciones y eso lleva a que el discurso habitual pierda en ciertos momentos consistencia.

Pero lo importante es que sonaron impresionantes y que Jorge estaba de un humor excelente gracias a su nueva guitarra Ltd (“me la han regalado los de la fábrica y suena de cojones”), a la hiperactividad de Alejandro Blanco al bajo, que se ganó con su simpatía a los presentes y a Jaime Belaustegui que fue un reloj a la batería y demostró que esta segunda juventud de Ilegales no solo es producto del momento de forma de Jorge.

Asi que este asturiano, que renunció públicamente a la sidra (“un líquido asqueroso”) a favor del vino de Ribera, nos dio otra velada de grandes canciones y rock visceral en una de las últimas citas de su trayectoria antes de la formación de su nuevo combo “Jorge y los Magníficos” y nos dejó un regusto amargo al pensar que dentro de poco tiempo Los Ilegales ya no estarán entre nosotros, allá donde vayas Jorge que te deseo toda la suerte.

por Fran Cea