Justo cuando se veía llegar el fin de semana más frío de lo que llevamos de invierno, el bueno de Jacco Gardner supo trasladarnos al otoño más psicodélico. Bueno, él, su harmonium, su sonrisa y la banda que le acompañaba.
Fue el pasado 30 de enero cuando Estrella Galicia nos ofrecía otro de sus conciertos dentro de la V edición de SON Estrella Galicia, un cartel que a lo largo del año nos trae a más de 100 artistas de todos los estilos. Esta vez le tocaba a la rock piscodélico de Jacco Gardner y a la mezcla pop shoegaze de Dead Parties.
Estos últimos fueron los encargados de abrir la noche, con algunas caras conocidas como Xavier Molero, el batería al que ya habíamos visto acompañando, por ejemplo, a Nothing Places. Dead Parties tocan muchos estilos que van desde el noise pop al shoegaze más puro, y así es como se vivió su set de escasos treinta minutos. Fue media hora en la que empezamos caminando sobre el pop, hicimos un alto en el camino con toques más shoegazers y terminamos con un ambiente psicodélico muy acorde con lo que Jacco Gardner nos ofrecería después. La banda, liderada por el australiano Etienne Mamo, dejó claro que son jóvenes pero sobradamente preparados y presentaron su EP Tribes con la solvencia necesaria para que siga corriendo el boca a boca que les ha llevado a donde están.
Tras un parón con melodías de fondo en el que parecía que estuviéramos dentro de una caja de música, apareció el holandés Jacco Gardner acompañado de su banda, que en algunos temas como The One Eyed King ofrecieron unos coros deliciosos que recordaban a los mejores Midlake. Abrieron con el tema instrumental que da nombre a su último disco, Cabinet of Curiosites, y unas proyecciones bastante desconcertantes. La mezcla de la música con las imágenes de cine mudo lograron crear un ambiente bastante sobrecogedor que en ocasiones recordaba a performance vistas en SYFY como aquella en la que Pegasvs puso música a El Gabinete del Doctor Caligari.
Jacco Gardner comenzó el set sentado, con la cabeza agachada y la cara tapada por su sombrero y su melena. No fue hasta Help me out cuando decidió levantarse para tocar la guitarra y dedicarnos una sonrisa. No tardó mucho en volver a tomar asiento para ofrecernos Summer’s Game, no sin antes recordar lo mucho que le gusta el verano en Madrid. Realmente se les veía enamorados de la capital, incluso de la policía que les escoltó hasta la Sala Sol, un comentario que a muchos pareció desafortunado y que su batería se encargó de solucionar con un Fuck the Police!! gritado con fuerza y aplaudido por todos cuando volvieron para tocar el bis.
El concierto seguía con canciones como Puppets Dancing, Clear The Air o The End of August que nos trasladaban al otoño más romántico de la mano de este mini Beck que poco a poco se fue metiendo al público en el bolsillo. Ya hacia el final, con How To Love Again y Chameleon, los movimientos se hacían más y más agitados en el público, las chicas alzaban los brazos como si fueran una muñeca de esas caja de música que comentábamos antes y muchos pensábamos que ojalá sigan sacando discos tan buenos y podamos seguir viendo cómo crecen en directo.
