RT Producciones traía un plato fuerte para cerrar la XVIII edición del Valladolindie, el festival más largo del mundo. Y es que son cuatro los años que han pasado desde que Lori Meyers pisaran nuestra ciudad por última vez. Este hecho se notó en la calurosa acogida que les brindó el público vallisoletano con un ‘Sold Out’ en la sala central del Laboratorio de las Artes. A pesar de colgar el cartel de ‘No hay billetes’, se agradeció la amplitud con la que cuenta la sala ya que dejaba espacio libre para no sentir la sensación de agobio a la que estamos acostumbrados en este tipo de conciertos. Pero fue el único factor a favor del recinto. Digamos que hubiera podido ser un concierto de gala si no fuera por tres factores: El calor, la bebida y sobre todo, el sonido del directo. Sabíamos que en el exterior hacía de guantes, bufanda y gorro pero eso no les da derecho a los gestores de la sala a tenernos encerrados en la sauna cumpliendo con uno de los planes maléficos de la operación bikini. En cuanto a la bebida, a mí me causó un poquito de… dejémoslo en ‘sorpresa’ que no hubiera la posibilidad de tomar un simple refresco. O agua o cerveza. Bien… pero por lo menos que no se acabe la cerveza a mitad del concierto, ¿no? Qué menos…
Y el sonido. Algunos dirán que no fue para tanto pero, después de haberlos escuchado en casi una decena de ocasiones, he de decir que esta vez Lori Meyers no sonaron como se merecen. Instrumentos demasiado altos y la voz vibrante hicieron desmerecer un poco el espectáculo. Pero bueno, vayamos al quid de la cuestión. ¿Cómo estuvieron Lori Meyers interpretando las canciones?
En mi opinión, estuvieron bien, correctos. Destacando en las canciones más mainstream como ya es habitual y durmiendo un poco al público en las canciones más lentas de sus discos, ya que no logran tener la misma fuerza que las primeras. En esta ocasión, aterrizaban en Valladolid para presentarnos su nuevo trabajo Impronta (Universal, 2013) por lo que había muchas ganas de escuchar en directo sus nuevas canciones. El inicio no se diferenciaba de otras ocasiones con ‘Intromisión’ y ‘Buenos tiempos’ de sus discos anteriores Cronolánea (Unviersal, 2008) y Cuando el destino nos alcance (Universal, 2010). Las primeras canciones del nuevo disco no tardaron en aparecer y sonaron ‘Zen’ y ‘A-sinte-odio’, dos de los temas que más pasan desapercibidos en el nuevo trabajo. El concierto avanzaba y el ritmo descendía a causa del encadenamiento de varios temas lentos como ‘Deshielo’, ‘De los nervios’ o ‘Sus nuevos zapatos’ lo que volvió al público un poco más parado. Fue con la terna ‘Planilandia’, ‘Luces de Neón’ y ‘Anticiclón’ cuando Lori Meyers se echaron la responsabilidad sobre su espalda y empezaron a levantar de nuevo a la gente. Momento que aprovecharon para el parón correspondiente antes de los bises.
Volvieron Alejandro y Noni solos para tocarnos de manera íntima ‘Despedirse’ canción que cierra su último trabajo. Y a partir de aquí, ahora sí, comenzaba la verdadera fiesta granadina. ‘El tiempo pasará’ y el temazo que más está pegando del Impronta, ‘Emborracharme’ cerraron la presentación de este nuevo trabajo dejando paso a los ‘clásicos’ más clásicos de la banda y que todo el mundo espera como agua de mayo. Y uno tras otro se iban hilando. ‘Aha han vuelto’, ‘Mi realidad’ y el éxito por excelencia ‘Alta fidelidad’ cerraban las dos horas que la banda estuvo sobre el escenario vallisoletano.
En mi opinión, fue un buen concierto por parte de la banda. Tuvo momentos álgidos e interacción pero no será de aquellos que recordaré marcados en mi memoria. Al hacer exactamente la misma interpretación y los mismos gestos que vienen haciendo durante los últimos años, el show de los granadinos queda un poco repetitivo y sin esa magia característica. ¿Es Ahí donde está la gracia o por el contrario necesitan darle una vuelta al repertorio? Juzguen ustedes mismos.Tenemos un buen verano por delante para poder disfrutar de Noni y los suyos por la red de festivales veraniegos nacionales.