Mientras en las calles de Barcelona se iban diluyendo las paradas de rosas y libros, la “diada de Sant Jordi” ofrecía una fabulosa guinda en la sala Bikini para rubricar tan señalada jornada. Los protagonistas, una de las mayores bandas que dieron el indie americano en los noventa y que tras largos años de letargo (10) vuelven a por todas. La de Barcelona era una de las múltiples paradas que los de Dean Wareham tienen previstas para estas semanas en nuestro país (¡hasta 14 conciertos!) .
Como aperitivo el jovencísimo trío inglés Flowers cuya propuesta nada entre los sonidos de la PJ Harvey, las texturas misteriosas de My Bloody Valentine y la voz de la solista (y bajista) Rachel que recuerda a la mejor Sinnead O’ Connor. El sentimiento y la pasión de aquella dejó perplejos a una sala a rebosar de treintañeros modernetes expectantes de escuchar a los autores de “Lunapark“. Estaremos atentos a como evolucionan estos muchachos cuyo batería tiene un look que recuerda a un joven Brian Wilson.
En el intervalo y con los ajustes de los instrumentos nos permitió ver en la tarea de técnicos a todos los miembros de Luna a excepción de Dean. Para Britta Phillips hubo una rosa de un devoto espectador de la bajista.
Con todo, las luces se apagaron y una música triunfal dio entrada a este cuarteto de rock crepuscular que empezaron a abordar “Slide“, una de sus primeras canciones con fecha de 1993. Luego, para nuestro deleite sonó una de sus mejores piezas de siempre, la colosal “Chinatown“.
Y es que la música de Luna flota, se desprende de la gravedad terrenal y te transporta a otros espacios que pocos grupos de rock son capaces. Los desarrollos interestelares de las canciones, las melodías electromagnéticas, los solos de guitarras galácticos con esos punteos inimitables, la voz lourediana de Wareham, la nebulosa del bajo, la batería cósmica,… Con la simpatía serena de la banda, agradeciendo el volver a Barcelona, y cantando el “Happy Birthday To You” con el respetable al batería Lee Wall. También las bromas del mas desinhibido Sean Eden, quien cantó “Still At Home”.
Así, surgieron joyas como “Malibu Love Nest“, “lost In Space“, la coreada “Superfeaky Memories“, “Bewiched” y “Firiendly Advice” con toda la sala tarareando “pa-pa-pa-pá”. Luego “23 Minutes In Brusels” dio concluido el set antes de los bises “Ride Into The Sun” y “Indian Summer” para dar cierre a un bolo de retorno que nos hizo plantear si seguirlos por las distintas ciudades españolas. Nos conformaremos con las partículas que aún siguen flotando en el aire de la sala Bikini.
