Tocaron Nueva Vulcano el sábado 23 de Octubre al lado de la playa, y lo hicieron acompañados por los autóctonos Malcortado, en uno de los primeros conciertos organizados por la promotora Escúpelo!, que promete traer a Canarias bandas que por aquí echamos muchas veces de menos.
Día soleado para recibir el concierto en la sala Paraninfo, que empezó sin mucho retraso, tras una prueba de sonido que pudimos ver algunos del público. A las diez y poco más de la noche nos abrían el apetito Malcortado, y debo decir que fueron una agradable sorpresa. Un trío que desplegó (por exigencias de horario) un set corto, de seis canciones, pero con mucha energía. Guitarras muy afiladas, voces en español, letras elaboradas y personalidad propia, aunque recordando en determinados momentos a los propios Nueva Vulcano. Indie, pero con fuerza. El mejor indicador de lo que le gustó al público (muy entregados en las primeras filas) fue que la sala pidió bises, en vez de llamar a gritos a Nueva Vulcano.
Y tras esos bises, llegaron los catalanes. No se hicieron mucho de rogar, sino que tras afinar brevemente los instrumentos entraron rápidamente al trapo, desplegando las dos canciones que componen el EP “Los días señalados”. “La mano izquierda” y “Predominio del sol” fueron ejecutadas con precisión y muchísimas ganas, y al acabar, un Artur ejerciendo de frontman se permitió felicitar a Malcortado y desearles suerte. En general, a lo largo del concierto participaría poco y dejaría que las canciones hablaran por sí solas, pero hubo un par de momentos más demostrando la cercanía con el público, como cuando recomendaron el restaurante en el que habían comido. Siguieron con un set poblado de muchas canciones de su último disco, “Los peces de colores”, interrumpido brevemente por una de sus pocas caras B (“La gran ilusión”). La sintonía era total, el público coreaba continuamente unas letras crípticas y costumbristas y el grupo se dejaba querer, moviéndose y aportando pequeñas variaciones en la parte vocal de algunos temas.
Ahora, fue con “El día de mañana” (un himno ya) y “Las cosas y las casas” cuando la sala se revolucionó por completo. La gente de las primeras filas se entregaba tanto que, probablemente, amanecería sin voz. Con la gente ya en su bolsillo siguieron con “Níquel, Canela” y “Sagrada Familia”, con la que volvieron las revoluciones. Para cerrar, “La ley de costas” (muy apropiada para Canarias), y el grupo marchándose para esperar que la gente les pidiera una más. Y vaya que pidieron, tanto que poca pantomima pudieron hacer y tuvieron que volver al poco tiempo al escenario, a regalarnos dos canciones más con sabor a su primer disco: “La venda negra” y “Quiromancia”, que fueron celebradas.
En resumen: un gran concierto en una sala con una acústica a la altura y con más público del esperado. Una hora justa, más casi media hora de Malcortado. Para los 6 euros que costaba la entrada era más que suficiente, pero hay grupos que siempre te dejan con ganas de más. En una canción Nueva Vulcano dicen: “la playa es agotadora”, esperemos que a ellos no les agote volver a vernos. Con conciertos de este nivel, a nosotros no nos agotará.
La foto es de Daniel Ramos, gracias por cederla 🙂