Con motivo del homenaje al poeta Francisco Pino por el centenario de su nacimiento se representó en Valladolid el montaje El cuervo, basado en una traducción del homenajeado, la cual denominó “infiel” por ser una tradución desde el amor que el poeta tenía por este texto.
El actor y director Javier Semprún se nos presenta con una simple escenografía formada por un sillón de tapizado antiguo, acompañada de una mesita donde hay una copa de vino y un espejo. Al fondo aparece blanca la pared donde pronto descubriremos las proyecciones que completan el resto del decorado.
Se bajan las luces, y pronto comienza grabaciones de voces y sonidos. En el panel que cubre el fondo de la escena comienza a proyectarse la imagen de un salón, una puerta una ventana y el característico busto de Palas sobre el que se posa el sinuoso Cuervo. La voz de semprún se alterna con grabaciones de voz en off, lo cual es más tétrico que la voz directa.
Excelentes juegos de luces que acompañan el espectáculo multimedia y excelente caracterización del actor.
Si he de ponerle un pero a la obra es en cuanto a la música pues aunque se acoplaba bien a la situación en ocasiones resultaba demasiado sampleada, hecha con unos sonidos demasiado ochenteros (MIDIs) que bajan la calidad de la percepción sensorial.
Este espectáculo es una aproximación sensorial al tenebrismo del poema, es una interpretación multimedia que busca el poder de sugestión de imágenes y sonidos. Debe ser entendida como la performance surgida de un texto y no como una obra de teatro. Literatura para los sentidos. Un auténtico tributo al poema de Poe.
No te pierdas la Entrevista que le hicimos a Javier Semprún en el TAC 09
y echa un ojo a nuestra galería fotográfica de este montaje del estreno.
