18 abril 2024

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Justo hace unas semanas hablaba con una amiga y nos preguntábamos que habría sido de Seven Tin Stars, una agrupación que nos dio en el Véral, a mí el mejor concierto visto después de My Bloody Valentine en el Primavera Sound 2013, y a ella el enganche pasmoso al shoegaze.

Pero la vida es generosa, y coincidiendo con nuestros interrogantes decidió obsequiarnos con un nuevo disco de la banda. Al fin.

En este tiempo el grupo ha pasado de ser cuartero a dúo, cosa que no ha hecho que se divida la creatividad, ya que Goodbye Stars (daylight is coming) es ya anticipadamente uno de los mejores trabajos nacionales que vamos a tener, y es que en un género tan poco explotado en España como el shoegaze, se pueden convertir en referencia junto con Nueva Internacional.

Certainly Relief nos comienza a introducir tímidamente en el universo distorsionado que nos proponen, para dar paso a Skyline to reorder, una de las grandes bazas del álbum. La voz se nos escapa entre los dedos, mientras los acordes se repiten, acompañados de una pegajosa melodía. No es una fórmula recurrente de forma continua en el conjunto, si no que como se demuestra en Japan is an Island y Celluloid, juegan con las reminiscencias, recordándonos en esta a la versión más suave de unos Beach Fossils reververados. La atmósfera se vuelve a nublar con Goodbye Stars (daylight is coming) al igual que al comienzo para dar lugar a la segunda joya llamada Summer of 42 / beach house.  Nuevas referencias me vienen a la cabeza, con Cocteau Twins en los primeros segundos, suavizandose posteriormente al recordando a unos Slowdive mezclados con Real Estate.

El viaje se cierra con Heart and thorn, que nos  despega poco a poco de su adictiva descarga de riffs y punteos, para que el final no sea traumático.

Ahora solo nos queda rezar a diosito Kevin Shields, para que nos los traiga por Valladolid presentando esta obra maestra.