No hay mes en el que no tengamos una noticia polémica en cuanto al tema ‘piratería’, descarga de música, P2P o todos sus sinónimos equivalentes.
La siempre molesta sgae, las exageradas campañas del ministerio de cultura contra el P2P (“Si eres legal, eres legal“) y las graciosas contra-campañas de los usuarios “Si compartes, eres legal“, las polémicas medidas del vecino gobierno francés,… es un tema que a pesar del resto de noticias más importantes siempre parece estar latente, avivado por las compañías que por una parte quieren concienciar (más bien adoctrinar a través del miedo) al publico de que oír música en internet es malo y ejercer presión sobre el gobierno para que imponga leyes altamente restrictivas, aunque lo único que generan es una aversión colectiva hacia este lobby y su un modelo de negocio que huele a caduco, o por lo menos que no va a volver a ser tan productivo como lo fue en tiempos a pesar de que no se quieran dar cuenta.
La verdad es que hay momentos en los piensas que no tardando mucho terminará la etapa y recordaremos estos tiempos como una edad dorada para el acceso libre a la cultura y el conocimiento; y aquellos grupos que surgieron gracias a sus artes y el apoyo de la gente que los encontró en algún myspace como una anécdota.
Esta contienda yerma y un poco vetusta no da cabida a la realidad del día a día que supone el escuchar música desde internet, sin tener que bajarla a tu ordenador (esto es lo que se denomina streaming) y lo estamos usando comúnmente unas cuantas veces al día en webs como myspace, youtube, hypem, Pandora, Last.fm,…
Un claro ejemplo de herramienta que puede ser clave para potenciar esta forma de oír música es la cada día más famosa Spotify, un programa que se instala en tu ordenador y con una interfaz muy muy parecida al iTunes te permite acceder a una colección bastante completita, con mejor calidad que la media, en la que además de mucho mainstream tenemos alguna novedad y grupos alternativos, incluso música independiente española, que ya es decir.
Volviendo al tema, en este articulo de The Guardian aseguran que es cosa del tiempo y la expansión de la conectividad que ésta forma inmediata de oír música reemplace al concepto de propiedad. Muy parecido opinan en Last.fm que priman la accesibilidad y el tener disponible cuando quieras una enorme biblioteca, que ademas puede hacerte recomendaciones personalizadas, frente a la descarga.
Lo mas importante para la otra parte (discográfica y artistas) es que estos servicios no se mantienen del aire, sino que generan beneficios millonarios en base a publicidad con la cantidad de visitas que tienen, que combinándose con ventas de singles para los dispositivos portatiles pueden significar unos ingresos más que interesantes.
Como afirma Eliot Van Burskik, de Wired: “Las descargas no van a desaparecer, como tampoco lo hizo el vinilo, pero en los próximos años sospecho que un porcentaje significativo de fans elegirán oír música desde la nube“.
He discutido mucho sobre este tema y yo soy de los que creen que sin lugar a dudas es el siguiente paso al mp3. El único problema es el acceso a ese contenido y para ello Internet se tiene que convertir en algo libre (wifi pública) y que todos tengamos dispositivos (smartphones, ultraportátiles, etc.) que nos permitan conectarnos desde cualquier sitio y escuchar a nuestros artistas favoritos.