28 marzo 2024

klaus_med

El grupo revelación de 2008 vuelve con el siempre difícil segundo álbum. Ya en “’Tu hoguera está ardiendo”’, su disco debut, nos demostraron lo versátiles que son, tocando diferentes estilos musicales, fórmula que les dio estupendos resultados y que repiten y exageran ahora con “’Tierra, trágalos’”, ampliando sus fronteras con incursiones en el swing, la música disco, el pasodoble e incluso el villancico. Y lo bueno es que de nuevo vuelven a salir más que airosos del paso. Toda esta mezcla impide que el disco, de casi una hora de duración, se haga tan pesado al final como se hacía ‘“Tu hoguera está ardiendo’”. En ‘“Tierra, trágalos’,” Klaus & Kinski no nos dan tregua y van cambiando constantemente de estilo en cada tema.

El single presentación escogido, lejos de la urgencia de anteriores singles como ‘“Nunca estás a la altura’” o ‘“Flash-back al revés’”, ha sido, sorprendentemente, “’Ley y moral’”, una de las pistas más lentas y oscuras del disco, donde la languidez habitual de la vocalista le va como anillo al dedo a su hipnótica melodía. Igual de oscura y noise es ‘“Ya estaba así cuando llegué’”, la canción encargada de abrir el álbum y una de las mejores, en la que son capaces de crear una atmósfera casi de película de terror: “”Pecado no es si no se ve, no puedes inculparme, ya estaba así cuando llegué“”.

Tras ésta, llega otro de sus mejores temas, “’Mamá, no quiero ir al colegio’”, esta vez en clave de folk. ‘Brilla como una estrella’” tiene un marcado contraste entre letra, que habla del pánico a llamar la atención y melodía, que de hecho la llama con ese toque electrónico que les sienta muy bien y que aparece de nuevo más tarde en “’Forma, sentido y realidad’”, en este caso tirando más hacia lo disco con tintes a lo Pet Shop Boys, algo con lo que no se habían atrevido en su disco debut. En el polo opuesto se halla el pasodoble ‘“El rey del mambo y la reina de Saba’”.

Los títulos de muchas canciones son impagables -“’Luego vendrán los madremías”’, por ejemplo- pero ‘“Sobria y Serena’”, con esos coros tan de canción del verano, se lleva la palma. Quizá para reírse de los que les tacharon de nazis por bautizarse como “Klaus & Kinski”, han incluído a Hitler hablando al principio de la bossa nova ‘“Deja el odio para después de comer”’, donde en realidad no se llegan a poner políticios, lo que sí hacen en “’Los niños muertos y la decadencia política’” que, por otro lado, es una canción bastante floja. La política continúa en ‘“Carne de Bakunin’”, que suena como una película de cine mudo, en la que llaman a la anarquía, como no podía ser de otro modo con semejante título. Si aquí nos anuncian que“ “se van a quitar del capital””, en la navideña “’El fin del mundo”’  nos dicen que “se lo van a gastar todo”, viendo que la cosa se va a acabar pronto.

Queda claro que Klaus & Kinski han hecho del eclecticismo su estilo de música, lo cual no deja de ser admirable ya que, a pesar de esta gran variedad de estilos, su impronta está presente en todas y cada una de ellas -gracias en parte a la voz de la cantante, como ellos mismos bien dicen-. Este álbum, lejos de ser una amalgama de canciones sin pies ni cabeza, confirma a Klaus & Kinski como uno de los grupos más interesantes del panorama nacional actual. Al disco le faltan canciones redondas y pegadizas como podían ser los singles del anterior álbum, pero en general es un disco mucho más equilibrado que el anterior -la primera mitad es realmente buena- y en el que nos encontramos un puñado de canciones enormes. Eso sí, a este paso, en un par de discos se van a quedar sin géneros musicales que explorar. 7,5/10.