Ahora que dejamos atrás las festividades y los regalos sorpresa (algunos más sorprendentes de lo esperado), es hora de centrarnos en lo que la música nos deparará en los próximos doce meses. Hemos elegido cuatro discos recién lanzados que pensamos que te van a gustar. Nos han sorprendido, y mucho. Sin alardes ni exageraciones, solo música de calidad para disfrutarla.
Es innegable que existe cierto orgullo en ser los primeros en descubrir y compartir estos avances musicales. Ya está pasando y por eso invitamos a examinarlos detenidamente. Musicsetters. Aunque son solo una pequeña selección en cantidad, ya destacan por su capacidad para conectar casi de manera instantánea. Algunos dirán que esto no es bueno, pero a nosotros nos parece que sí. ¡Vamos a echarles un vistazo!
My Own Private Rodeo, Wagging
My Own Private Rodeo, el álbum debut de Wagging, nos sumerge en el mundo musical de Alison, Mark y Emily, tres amigos que cultivan un pop primitivo lleno de armonías en las tierras de Asheville, Carolina del Norte. Este encantador álbum, también disponible en cassette rosa, no nos sorprende, ya que encapsula la esencia misma de Wagging.
Con una fusión de pop, indie y shoegaze, el disco ofrece una experiencia dual: melodías etéreas y armonías celestiales que nos envuelven por completo. Las canciones, como el cautivador estribillo “marigold, marigold”, se integran naturalmente en nuestra cotidianidad.
Desde su primer sencillo, Wagging ha transmitido una estética fresca y soñadora, y con la llegada del álbum completo, el trío demuestra su capacidad para construir un repertorio coherente.
La magia de Mike Johnson, el ingeniero detrás de las grabaciones y mezclas en Mike’s Studio, Side House Records y Drop of Sun Studios, da vida al sonido característico de Wagging. Estos lugares se convierten en santuarios musicales donde la esencia única de Wagging se captura y perfecciona.
Flea house, Frat Mouse
Con ritmos y melodías que arrastran consigo el encanto caótico y la diversidad característica de un mercado de pulgas, Flea House no es solo un álbum; es un auténtico bazar sonoro.
Frat Mouse son tres estudiantes residentes en Los Ángeles que han conseguido demostrar su destreza musical de manera notable con un cañonazo de disco; Son tres inadaptados de la universidad tocando a toda velocidad, fusionando elementos de Rock Garage, Emo Punk y el folk de Laurel Canyon. Iniciado por los adolescentes Truman Sinclair y Griffin Meehan en el Valle de San Fernando, Frat Mouse ha evolucionado desde 2019 y se ha ampliado con la incorporación del baterista Benjamin Lopez, creando así una mezcla perpleja de sonidos.
Puedes encontrarlos en actuaciones en propiedades privadas, desparramando en sus habitaciones efusivas dosis de garage rock impregnadas de melodías emocionantes, guitarras cautivadoras, armonías vocales orgánicas y secciones rítmicas, a veces acompañadas de risas o gritos determinantes en segundo plano.
Vitalidad. Esa es la palabra que mejor los describe. Divina frescura de juventud.
Letter to Self, SPRINTS
El álbum debut de SPRINTS, Letter To Self, encarna su sustancial evolución a lo largo de los últimos 3 años. Transformando el dolor en verdad, la pasión en propósito y la perseverancia en fuerza, este cuarteto dublinés ha crecido constantemente, lanzando dos aclamados EP y construyendo una formidable reputación en vivo.
¿Quieres un poquito de ansiedad? Ponte los cascos y un par de canciones de este disco. El disco entero se siente como el juicio final, disputándose el destino último de la banda. SPRINTS transforma la así llamada “energía negativa” en una oportunidad para la catarsis comunal y la sanación. Inspirados por Savages, SPRINTS ha madurado su sonido hacia un enérgico y abrasivo garage-punk, sintetizando influencias que abarcan desde los primeros Pixies, Bauhaus, Siouxsie Sioux, IDLES hasta LCD Soundsystem.
Something For The Pain, Casper McWade
Catarsis en estado puro. Inspirado por los principios Outlaw más allá de las típicas imágenes rebeldes, Casper McWade presenta una auténtica alternativa centrada en el country. Something for the Pain, se desenvuelve como un genuino álbum que aborda el tema del divorcio, explorando las complejas emociones asociadas a la ruptura matrimonial, desde la indignación justificada hasta momentos de reflexión serena. El álbum profundiza en las intricadas facetas de la soledad en contraposición a relaciones tóxicas, subrayando cómo la vida de un músico y soñador puede afectar la armonía doméstica mediante ausencias constantes.
Cada canción se revela como un capítulo en la narrativa introspectiva de McWade, como una especie de bálsamo musical, un vicks vaporub ante las penas universales. A medida que te sumerges en el disco, este se transforma en un refugio acogedor que nos invita a hallar consuelo. Son estas historias cercanas y conmovedoras las que delinean la maestría musical de McWade. Pura catarsis.
