Dentro de las series de superhéroes nos podemos encontrar de todo: desde batallas épicas por salvar la ……(ponga aquí el nombre del planeta/dimensión preferida), hasta vendettas personales en busca de redención personal, pasando por historias intimistas que profundizan en el carácter del personaje o que sirven para recalcar la importancia del valor moral de moda en esa época del año. Y luego están esos con los que simplemente pasas el rato riéndote o viviendo la acción desenfrenada. Hoy me voy a acercar muy tímidamente a estos últimos, a los que te hacen reír, o por lo menos, te hacen pasar un buen rato con una sonrisilla en la cara. Vamos al lío:
Hulka: Sí, sí, ya sé que hablé de ella en su momento, o mejor dicho, con ella me estrené, pero quería recordarla porque acaba de terminar, por lo menos aquí, su etapa de manos de Dan Slott, aquél que ha conseguido relanzar a la prima de Hulk con un humor irónico y sutil (o a veces no tanto), siendo además fiel a esa continuidad Marvel tantas veces olvidada. El sustituto para continuar con la serie es Peter David, uno de los más respetados en esto del cómic y que ya se hizo un nombre en su etapa de Hulk.
El Incorregible Hombre Hormiga: La última encarnación de este ya clásico superhéroe dentro de la Casa de las Ideas ya no es un científico demasiado inteligente o con muy poca vida social, si no un agente de S.H.I.E.L.D. de grado muy, pero que muy bajo y que no encaja ni de lejos en lo que se entiende hoy en día por superhéore, o héroe a secas. Por no encajar, no encaja ni en la definición de tipo decente. Erik O’Grady es esa clase de tipo que no querrías tener como amigo: sólo mira por si mismo, por su bolsillo y por las mujeres que hay a su alerredor. No es que sea mala gente, es que para él no hay nadie más que el mismo. Este anti-héroe es creación del sin par Robert Kirkman, que demuestra que además de poder aterrorizarnos con un mundo postapocalíptico lleno de zombies, es capaz de hacer una serie de superhéroes con un capullo como protagonista a la vez que consigue hacernos pasar un buen rato con sus aventuras y salidas de tono. Si a eso le sumamos que es otra serie consecuente con la continuidad presente en Marvel ya es para quitarse el sombrero. Una pena que en EEUU no lo viesen así y decidiesen cancelar la serie. Lo bueno de esto es que aquí podemos disfrutar al serie en dos tomitos publicados por Panini.
Nextwave: Las series anteriores son graciosas, pero no dejan de ser historias más o menos comunes dentro del marco que imponen las mallas y los calzoncillos exteriores. Tienen sus innovaciones, sí, pero no dejan de ser correctas. Nextwave puede ser de todo menos correcta. Esta serie va de un grupo formado por una serie de superhéroes olvidados en Marvel o directamente inventados (Monica Rambeau, El Hombre Máquina, Meltdown, la cazadora de Monstruos Elsa Bloodstone y El Capitán) que se encargan de evitar que los planes de pruebas de armas de destrucción masiva de una organización terrorista destruyan todo EEUU. ¿Y cómo lo hacen? Ellos salvan América volando a los monstruos por los aires. Acción desenfrenada, monstruos gigantes, robots asesinos, toda clase de armas bizarras y esperpénticas es lo que nos podemos encontrar en cada número de la serie. Si a eso le juntamos unos diálogos hirientes y que están destinados a ridiculizar todo lo que los cómics de superhéroes han ido perpetuando durante su historia ya tenemos la fórmula perfecta para tener una serie cuya única pretensión es la de hacernos pasar un buen rato con violencia gratuita, hostias como panes, tías cachondas y superhéroes elevados a su mínimo exponente. Mola. Los autores de semejante gamberrada son otros dos de los grandes: Warren Ellis a los guiones y un Stuart Immonen con un estilo de lo más cartoon demostrando el gran talento que tiene al poder cambiar así de fácil de registro (no hay más que ver su Superman: Identidad Secreta para darse cuenta de lo que hablo.). Esta serie consta de 12 números, publicada en nuestro país por Panini Cómics en dos tomos 100% Marvel. Para que os hagáis una idea de la serie, el nombre del segundo tomo es Te Pateo la Cara.
Con esto y un bizcocho…
¡BAM!
No, no, no, y mil veces no. Que no se molesten más: ni los autores Marvel ni las parodias de otras editoriales y particulares. Que no tienen gracia. Que, quitando Superlópez y Supermortadelo, lo demás es bastante insulso, las traducciones pésimas y el realizar el dibujo caricaturesco no sirven para hacernos reir. O es de humor (como la magnifica etapa de la Liga Justicia) o que se dediquen a otra cosa, mariposa.