
Más allá del Shoegaze: BDRMM electrifican la Sala Nazca en Madrid. Abril 2025
Hablar de BDRMM es hablar de una apisonadora sónica que transita entre el shoegaze envolvente, el sonido industrial entremezclado con la electrónica dreamy y el noise atmosférico. El pasado 3 de abril, en Madrid, de la mano de Primavera Sound, pudimos ser partícipes de ello, dejándonos seducir por su fusión sonora mecidos al antojo de los de Hull, que llegaban a la capital para espetarnos su tercer trabajo, el fastuoso ‘Microtonic‘, desde ya un imprescindible del ejercicio 2025.
La Sala Nazca fue la probeta perfecta para que la amalgama de influencias de BDRMM emulsionara de forma perfecta, entre el público, de amplio espectro generacional, las caras de gozo eran evidentes, la posibilidad de ver a una banda de este calibre de cerca no es algo que se pueda desperdiciar. La experimentación del cuarteto sigue alcanzando máximos en cada viaje que emprenden. En este caso durante su recital bien podíamos estar captando referencias que iban desde Massive Attack a NIN, de Underworld a Beach Fossils, de Radiohead a DIIV, de Boards of Canada a The Cure.
Emprendiendo el despegue con ‘Microtonic‘, desarrollos destellantes, distorsión calibrada, pulso tomado a una sala que se antojaba sedienta de sus nuevos temas, ‘Clarkycat‘, enganchaba de súbito y su desarrollo nos hacía levitar de primera mano. Transitar desde la electrónica ambiental al post-punk shoegaziano es posible, zarandeándonos con ‘Push/Pull’ o ‘Is That What You Wanted To Hear?’, ese oscuro lo-fi, esencia de una banda que ahora muta hacia una etapa más eléctrica. ‘Lake Dissapointment‘ es muestra de ello, difícil no ver ecos de un Thom Yorke en su etapa más Kid A por esa zona. También hay tiempo para retorcer su segundo disco, el maravilloso ‘I Don´t Know’, al que debemos pasajes como ‘Be Careful‘, aún más engrandecido en directo Be Careful of Yourself/ Prepare For Something Else, como un mantra, les hacemos caso, estamos preparados para fundirnos en uno con BDRMM, energía magmática, galvanización prevista. Y llega ‘If….’, como si unos Pixies de la generación Z estuvieran dispuestos a salvarnos, y lo hacen. ‘The Noose’, ‘Infinity Peaking’ o ‘Snares’ nos zarandean y nos llevan a un Trainspotting 3.0 , un torbellino pulsatil recorre la sala, un invisible rayo energético atraviesa y nos arrastra hacia una brillante oscuridad, una llamada al emo electrónico, un soplo de aire al final del todo.
Una parada necesaria, un setlist que reflejaba por completo un compendio de lo que han evolucionado y hacia donde quieren ir, insuflando sonidos futuristas a un repertorio maleable de ser retorcido de etiquetas con todo tipo de sucedáneos al mencionado shoegaze, lo has escuchado antes… pero no, no lo has hecho. Triada de las que asustan para abrir una vía de escape a la mundana realidad, vuelta al inicio, y recorrido a dos de los cuartos favoritos de su ‘Bedroom‘: ‘Happy’, ‘(un)Happy’ dando broche de oro con ‘Port’.