Un cuarto de siglo dedicado a la música pop más intimista. Así es la trayectoria de Pauline En La Playa, el dúo gijonés formado por las hermanas Alicia y Mar Álvarez. Tras cinco años de silencio y una pandemia, el tiempo parece haberse detenido para ellas. Sin embargo, su talento para crear melodías sigue fluyendo con la misma frescura, como lo demuestra su octavo disco, Los días largos (Autoeditado, 2024). Le preceden Nada como el Hogar (Subterfue, 1999), Tormenta de Ranas (Subterfuge, 2001), Termitas y otras cosas (Subterfuge, 2003), Silabario (Subterfuge, 2006), Física del equipaje (siesta, 2010), El mundo se va a acabar (siesta, 2013) y El salto (Autoeditado, 2019).
Nadie pone en duda la habilidad innata de este dúo para desentrañar la complejidad de lo cotidiano y transformarlo en versos sencillos pero profundos. Su don para reducir lo complejo a lo esencial, convirtiendo lo ordinario en extraordinario a través de sus letras, sigue más presente que nunca. Hablamos con Alicia, ahondamos en su nuevo álbum, en los 25 años de carrera que celebran, en la influencia de Asturias y el Xixón Sound, y en cómo compaginan la música con otras facetas artísticas.
“Los días largos” tiene un aire melancólico pero también luminoso. ¿Hay algún momento o recuerdo concreto que haya dado origen al disco?
No hay un momento concreto, pero sí muchos distintos. Recuerdos, sensaciones evocadas a veces, incluso hay varios de esos recuerdos en una sola canción. Es un disco muy ensoñado, con esa sensación que a veces se tiene recién levantada, cuando aun recuerdas de forma nítida lo que has soñado y que, poco a poco, se va convirtiendo en una sensación más difusa, difícil de evocar con claridad.
Han pasado casi 5 años entre el último disco. ¿Hay alguna razón en particular para este tiempo?
Ya desde hace varios discos nos movemos en esa media: cuatro o cinco años entre uno y otro trabajo discográfico. Es la periodicidad que hemos visto que, de un lado, nos permite mantener toda la actividad artística y profesional que llevamos en paralelo a Pauline, y de otro lado, lo que asegura que el proyecto siga manteniendo la calidad y la creatividad que le exigimos a cada nuevo disco. Hacerlo en menos tiempo, como manda el mercado, sería renunciar a todo esto, pero sobre todo a la filosofía independiente del proyecto, que para nosotras es vital. Nuestro primer objetivo siguen siendo artístico, eso es lo que marca los tiempos.
Nos contáis sobre la portada, que es fascinante (una vez más…). ¿Qué buscabais transmitir con ella?
La idea era encontrar una imagen que retratara esa sensación de los días largos estivales, esos días que parece que nunca terminan y en los que la luz se resiste a irse. Buscamos mucho, hasta dar con esa pintura de Nicanor Piñole que está fechada entre 1926 y 1930, y que retrata a unas mujeres en la playa de sal Lorenzo, que es la playa a la que nosotras vamos desde que éramos niñas. La luz, la sensación que trasmite de placidez, fue una revelación, casi como si la hubiera pintado para las canciones de este disco. En su museo de Nicanor Piñole nos cedieron la pintura para poder desarrollar todo el arte del disco. Fue una suerte inmensa.
Vamos con las canciones: ¿se puede saber a quién queréis que le parta un rayo? ¿Es a la misma persona a la que queréis lanzarle el jarrón?
Pues no, jajajajja, son dos diferentes, pero el enfado es bastante parecido. En el rayo, quizás resuelto de manera más irónica y poética, en el Jarrón, seguro de manera más dramática y jugando al acertijo, en plan Vainica. Si es verdad que, así en porcentaje, nosotras solemos cantarle más al amor y a la felicidad del día a día de la pareja que a los enfados, pero estos, oye, no resultaron nada mal para la inspiración.
“La más guapa de la fiesta” me suena a una canción de autocuidado. ¿Voy desencaminada?
Para nada, vas muy bien encaminada. Es, efectivamente, una canción de autocuidado y empoderamiento. El otro día nos decían entre risas en una entrevista en El Ojo Crítico de RNE que era como el “Flowers” de Miley Cirus, jajaja. Y es que la canción es ese “ hoy quien me gusta soy yo misma, así que es a mí misma a la que le voy a pedir el teléfono para volver a quedar y es conmigo misma con quien voy a salir toda la noche de fiesta”. A veces es muy necesario complacerse a una misma y no solo a los demás. El autocuidado es un principio que tenemos muy olvidado.
Recordáis cuál fue el primer tema y el último que compusisteis para este disco? Me gustaría saber cómo nacieron y qué significan para vosotras.
Al ser un proceso largo, es muy difícil incluso para nosotras saber cual fue la primera… Si que recuerdo que los últimos arreglos fueron para “El Jarrón de Flores“. La ultima fase del disco fue además muy intensa emocionalmente. Nuestra madre acababa de fallecer, y esas últimas semanas del proceso del disco, ultimando arreglos, fue muy íntima y compartida entre las dos, y a la vez, muy catártica para nosotras. Creo que ese estar a flor de piel se refleja en muchos momentos.
Lleváis 25 años contando historias de amor, entre otras. ¿Cuántas vidas tenéis en el amor, como un gato?
Pues la verdad es que tenemos mucha estabilidad amorosa ya desde hace muchos años en ambos casos, jajajaja. Supongo que es, una vez más, la manera de interpretar lo que te rodea, y al igual que hacemos con el encanto de lo cotidiano, con los momentos de bienestar y felicidad que parecen intrascendentes, pues con el amor nos pasa lo mismo. A nosotras no nos gusta verlo como algo inalcanzable, idealizado, superior… sino como algo sublime en el día a día, en los momentos intrascendentes del día, la felicidad de la vida en pareja, la plenitud de esos momentos tambien con sus enfados de rayos y jarrones, pero en todo caso, es una visión de los pequeños momentos, fugaces, de felicidad que te da el amor.
¿Habéis hecho algo especial para celebrar estos 25 años? Además de este disco, claro…
Pues la verdad es que no somos mucho de aniversarios, si te digo que nos dimos cuenta de que eran este año los 25 años casi de casualidad… Nuestra sensación sigue siendo muy natural, Pauline es nuestra constante, algo que forma parte de nuestra vida, que es nuestra propia vida. Si que nos gusta ver como sigue creciendo el proyecto, como nos sigue acompañando, así que la manera más coherente sigue siendo celebrar con nuevos discos y compartiendo las canciones con la gente que nos lleva acompañando todo este tiempo. Eso sigue siendo lo más importante de todo.
Trabajar juntas como hermanas durante tantos años debe tener momentos mágicos y retadores. ¿Qué habéis aprendido la una de la otra con este disco?
Que Pauline sigue existiendo solo si estamos las dos involucradas. El proyecto, más allá de la visión musical o creativa, es parte de nuestra relación de hermanas, de nuestro espacio familiar compartido. Una extensión de como jugábamos siendo niñas o de nuestra amistad más allá de ser familia. Reactualizar esa sensación de manera tan nítida a cada disco es algo que hace que el grupo sea doblemente especial.
Cuando pensáis en el momento XIXOn Sound, ¿qué es lo que más echáis de menos?
Pues echar de menos poco, porque nuestra sensación es de continuidad. No de algo que terminara en un momento. Sí es verdad que muchas cosas han cambiado y no toda la gente que tocaba de aquella lo sigue haciendo, pero muchos sí. Otros ya no tienen grupos, pero programan conciertos o se dedican a otras actividades relacionadas con la vida cultural de Xixón, así que la sensación es siempre de continuidad. Nosotras nos sentimos muy, muy afortunadas de haber vivido toda esa escena musical con solo 20 años, con amigos, en nuestra ciudad. En muchos casos, entre ellos el nuestro, fue el germen de todo lo que vino después, así que estamos muy agradecidas a aquel momento tan intenso, creativo y divertido.
¿Hay algo que penséis que se podría haber hecho de forma diferente y qué sois más conscientes ahora?
La verdad es que nosotras nunca hemos tenido un plan trazado. Siempre hemos ido un poco sobre la marcha. Ahora sí es verdad que ya planificamos más… pero seguimos viviendo la música de manera muy natural.
Habéis trabajado con Luca Petricca en la producción. ¿Qué aporta él a vuestro sonido que os resulta esencial?
La relación con Luca se remonta a 1996, a la grabación del LP Vudú de Undershakers, que fue cuando lo conocimos. Desde entonces, nos une una enorme amistad. En 2001 ya produjo nuestro primer largo con Pauline, que también era uno de sus primeros trabajos como productor. Y en el salto, en 2019, volvimos a trabajar juntos. Luca nos sabe leer muy bien, nos conoce personal y musicalmente, y sabe cómo vemos y entendemos las canciones. Él nos ha dado la profundidad, la ensoñación que buscamos especialmente en estos dos últimos discos. Sabe cuidar lo pequeño y darle a las canciones la expansión que necesitan en cada momento. Trabajar con él siempre es un gusto, porque además nos reímos mucho y lo pasamos muy bien, algo que para nosotras también es vital a la hora de grabar.
Asturias, patria querida. ¿Qué papel juega Asturias en vuestro imaginario musical? ¿Es más un refugio o una fuente constante de inspiración?
Asturias es nuestro hogar y, además, tenemos la suerte de que su paisaje y su clima sean muy inspiradores. Es una tierra donde el mar y la montaña casi se tocan; eso, junto con el clima, muy intenso en invierno y muy luminoso en verano, nos da siempre estampas muy inspiradoras.
Si este disco pudiera escucharse en algún escenario ideal, real o imaginario, ¿dónde sería?
Seguramente en una playa. Una playa grande, con poca gente, a ultima hora de la tarde de cualquier día de verano.
El pop alternativo está en constante evolución. ¿Cómo veis vuestro lugar dentro del panorama actual?
Nosotras llevamos en la música desde muy pequeñas. Yo empecé en Undershakers con 15 años, Mar tenía 19. Y, si es verdad que en treinta años ha habido muchos cambios, no solo estilísticos, sino también en los formatos, las formas de grabar… aunque en realidad lo que más determina todo es en qué manos se concentra el control de la industria musical. Antes eran las discográficas y ahora son las plataformas de streaming… Ellos marcan el paso: si singles o disco entero, lo que suena, lo que se vende… Pero nosotras somos bastante ajenas a todo eso porque siempre hemos estado en la escena independiente, cuyo primer objetivo no es vender, es crear. Siempre hemos trabajado con sellos independientes como Subterfuge o Siesta, y a día de hoy somos totalmente autosuficientes. Nos autogestionamos, somos nuestra discográfica, nuestra editorial… Y, sobre todo, seguimos contando con mucha gente que nos sigue, con las salas o ciclos que programan música independiente, con los medios especializados y con las pequeñas tiendas de discos que dan espacio a proyectos creativos y alternativos como el nuestro.
Con ocho discos ya publicados, ¿hay algo que todavía no hayáis explorado y os haga ilusión?
Ahora ya, desde hace dos discos, estamos más metidas por los sintetizadores a la hora de arreglar los temas, pero siempre hemos dejado que sean las canciones las que manden, las que nos vayan pidiendo un arreglo de una u otra manera, así que el futuro dependerá en gran medida de cómo sean las canciones que compongamos. Eso será lo que marcará lo que haya que explorar.
¿Qué hacen las hermanas Álvarez cuando no componen?
Pues casi de todo. Mar tiene una escuela de música en Gijón, Sonidópolis, y yo una editorial, La Fabriquina, en la que editamos ensayo, álbumes ilustrados, libro-discos… Además de eso, Mar toca de continuo en Petit Pop, dirige proyectos musicales para eventos concretos y compone para teatro. Yo, por mi lado, soy periodista y escribo libros, hago guiones para conciertos didácticos, doy charlas y tengo mi proyecto en solitario de música infantil en asturiano, con el que toco también constantemente. Luego, ya las dos juntas, además de Pauline, compartimos otro proyecto musical que se llama Girls to the Front, que es una super banda formada por diez músicas asturianas, y también somos las presentadoras de SONADIA, un programa de música en directo semanal en la televisión autonómica que este 2025 va a estrenar nueva temporada.