25 abril 2024

Jack DayHay creaciones que surgen de lo más profundo del ser humano, de estados emocionales que se ocultan normalmente en los trasfondos del alma, como si fueran la parte oculta de un iceberg. Tales obras se encuentran afectadas por un fuerte carácter introspectivo, por una delicadeza que muchas veces no se comprende si no se contempla el contexto emocional del creador. Puede ser relativamente complicado asociar la presencia física de Jack Day, con su juventud, su impoluta educación británica y su expresión afable, a las estremecedoras sensaciones que desprende su música, pero lo cierto es que el “The First Ten“, el primer disco del songwriter londinense, se enraíza en lo íntimo, desde una ventana en la que a veces se divisa la melancolía y en otras se ve a lo lejos el dolor y la crudeza.

El disco, grabado en Bark Studios, se caracteriza por su enfoque minimalista y la austeridad en cuanto a su instrumentación, con esa voz cazallosa que recuerda en ocasiones a gente como Tom Waits, aunque sin el toque desquiciado del californiano. A nivel estilístico, el álbum navega entre el fingerpicking acústico de temas como “I often think of you” o “Slow and steet”; la desgarradora “The bird song” y el eco de sus guitarras eléctricas; el folk dylaniano de “Isn’t it strange”, “Shadows in the sun” o “I have been coveyed”; los lamentos descarnados al piano en “No one moves like you”; la melancolía eléctrica de “Just a little time”, “If this song were more to sing” o la final “It’s a girls world”.

https://vimeo.com/67520467

Se trata de un disco que desprende sinceridad, perfectamente ejecutado a nivel de interpretación, y que se caracteriza por su tránsito lento y cercano. Un trabajo que exige una escucha detallada y minuciosa para extraer todo su jugo, ya que tras su aparente desnudez se esconde una personalidad sumamente atrayente. Ideal para disfrutar en las largas noches de verano. Folk del bueno, del auténtico, que puede ser escuchado aquí

http://acordesurbanos.com/jack-day/