18 abril 2024

fingers-crossed

Para quienes no lo conozcan Ian Hunter es un viejo rockero de casi ochenta años que en los setenta fue líder de los Mott The Hopple, una banda que se hizo famosa con un tema que David Bowie les regaló “All The Young Dudes” para que no se separaran. Luego en sus exitosas giras tuvieron como teloneros a unos desconocidos Aerosmith o Queen. A finales de los setenta Ian inició su carrera en solitario en la que colaboró con el guitarrista del mismo Bowie, Mick Ronson, con quien gravó unos directos brutales. Ahora, muchos años después y con una discografía envidiable en su haber, se atreve con este “dedos cruzados” en el que vuelve a dar su enésima lección de rock clásico. Con buenas melodías, teclados preciosos, guitarras feroces, letras ingeniosas y mucha alma en la interpretación.

Así nos recuerda el blues que sonaba por los ochenta ( “That’ s When The Trouble Starts”), se desgarra vocalmente en medios tiempos (“Ghosts”),  emula a su ídolo Bob Dylan en apetecibles bluegrass ( “Long Time”) o nos relaja con baladas íntimas al piano al estilo Bill Fay (“Morpheus”) . Otra balada, la que titula el disco, mezcla el drama con el romanticismo con su grito desesperado. También tiene tiempo para relatos de casas de campo (“White House”) o de policías londinenses de siglos pasados (“Bow Streets Runners”).

Aunque el climax es “Dandy”, con el que homenajea a su compadre Bowie, no solo por el parecido musical con  “All The Young Dudes” sino por las referencias a temas de aquel en la letra.

Maravilloso disco rockero de un mito viviente a reivindicar en nuestros días.