26 abril 2024

El pasado 29 de Febrero la madrileña sala Sol se convirtió en un hervidero de música americana donde Robert Ellis marcó en el primer tiempo un estilo a nivel individual, que enriquecerían en la segunda parte Dawes, el cuarteto de L.A.  con su rock de raíces sureñas .

Robert Ellis fue el encargado de caldear a los recién llegados con precisión, guitarra envenenada, punteada con máxima precisión, y dejando boquiabiertos a más de uno, country y rodeo-rock , estilizados con tiempos pausados y donde la destreza del guitarrista dejó boquiabierto a más de uno, quizás éste no era el género que la mayoría esperase encontrar en el inicio del concierto, pero el de Houston logró que quien más y quien menos se fijara en sus habilidades y en esa endiablada manera de guitarrear a la vieja usanza, demostrando que eso de ser un American Song-writer, no está reñido con ser un virtuoso a la guitarra. Yihaaas y tiros virtuales al aire se escapaban por la pista, mientras los negativos de su ‘Photographs’ eran revelados poco a poco.  Antes de finalizar los miembros de Dawes acompañaron al de Texas en el escenario para cerrar una actuación conmovedora y con sabor añejo.

Dawes venían con ganas de demostrar en su directo que los temas de ‘Nothing Is Wrong’ son un laberinto de pólvora que desencadena una explosión de las que hacen ruído en el género de la americana. No les queda grande eso de ser considerados herederos de Crosby o Nash & Young, y allá por donde van arrastran seguidores, veáse el haber servido como banda de directo a Robbie Robertson.

.Tras haber salido acompañando a Robert y demostrar que como banda, la ejecución que manejan es a la par que perfeccionista, sobretodo de una calidad arrebatadora , teclados, guitarras y percusión fueron llamados a filas con valor. Consolidaron su posición con los primeros compases de ‘Fire Away‘, un comienzo demoledor para contonear a un público que palmeaba fielmente a los enérgicos californianos, que se metieron a todos en su soleada maleta , en un viaje a través de carreteras desérticas y paisajes áridos en medio de la gran ciudad. ‘If  I Wanted Someone’ y ‘The Way You Laugh’ sacaron su lado más intenso a la par que cálido, dando fé de que ‘Nothing Is Wrong’, así hasta inmiscuirse en ‘Million Dollar Bill ‘y sentarnos en esa mecedora de acordes sureños hasta dejarnos caer en ‘Peace Valley‘ mirándonos fijamente desde ‘North Hills‘ , no sin antes marcarse un coreado ‘When My Times Comes’.

Y es que destacar en este género es complejo, pero los hermanos Goldmisth lo consiguen, respaldados por sus escuderos Wylie y Tay, recordándonos por qué su disco de debut caló tan hondo, llegándonos al alma interpretando ‘That Western Skyline’ o llevándonos casi al final del directo a L.A. (‘Time Spent In L.A.’) , para sentenciarnos lo que ya habíamos previsto desde el principio ‘Love Is All I Am‘ , algo que podría resumir a la perfección la sensación que nos queda en la mayoría de sus canciones, de componer hilando fibras del corazón.