Ayer dio comienzo en Madrid la gira por España de Sam Roberts Band. Hoy, Heart of Gold los llevará directamente a la Rock&Blues de Zaragoza, y el sábado 27, a la LAUT de Barcelona. En la Sala El Sol de la capital, la velada estuvo repleta de un extenso repertorio de una hora y cuarenta y cinco minutos, fusionando material nuevo con clásicos de álbumes anteriores, además de los imprescindibles sencillos que el público ansiaba escuchar.
Su líder Sam Roberts fue escoltado por sus compañeros Josh Trager (batería y percusión), Eric Fares (teclados, guitarra, coros), Dave Nugent (guitarra, coros) y James Hall (bajo, guitarra). Queremos señalar que muchas bandas suenan geniales en estudio pero no consiguen capturar la magia de ellos en directo; quizás deberían venir a uno de sus conciertos y tomar notas. O mejor aún, podrían empaparse de sus shows y ver cómo y porqué todos terminamos bailando, aplaudiendo y agitando puños.
“Bad country” fue el tema de apertura de la noche, canción que proviene de su nuevo álbum, The Adventures of Ben Blank (2023), y que ha dado nombre a esta nueva gira en la que Sam Roberts Band captura una narrativa profunda y evocadora sobre la reinvención personal: The Adventures of Ben Blank Secret Weapon Touring. Más allá de ofrecer soluciones simples, este disco analiza con perspicacia las dudas, miedos y contradicciones que enfrenta el personaje fictio de Ben Blank en su viaje.
Inmediatamente, viajamos atrás en una máquina del tiempo para revivir temas como “Let It In” (Collider, 2011) y “Where Have All The Good People Gone” (We Were Born In A Flame, 2003) y tararearlas junto a su líder, Sam Roberts. El primer saludo tuvo lugar en este mismo instante y con un “Cómo estáis amigos, hace muchos años que no vengo a Madrid”. De dos himnos que existían ya en nuestras cabezas, volvimos a otro nuevo tema, “Projection”, que interpretaron esa misma mañana junto con Santiago Alcanda en Radio 3.
Sin adentrarnos en el detalle exhaustivo de las canciones – que ya puedes ver en setlist.com – queremos resaltar algunas que destacaron para nosotros durante la noche, como “Hard Road”, momento en el que Sam Roberts Band rememoró su primera incursión en nuestro país hace 20 años. Otros temas que sobresalieron por su emotividad, sirviendo como un paréntesis en medio de la intensidad de los riffs de guitarra y los éxitos más cañeros de la banda, fueron “All Of Us” (All Of Us, 2020), con un tono vocal más desgarrador y lleno de matices, y la hermosa y más tranquila “Cascades”, extraída de su última obra.
Adentrándonos en este ritmo más pausado, el concierto retomó su vigor con la energía de “Them Kids”, “We’re All in This Together”, o la poderosa “Brother Down”, la última pista antes del bis, donde Roberts dejó caer su guitarra acústica, animando a toda la sala a corear, con mejores resultados que Damon Albarn en Coachella 2024, y saltando y moviendo los brazos con el público al ritmo de su estribillo “I think my life is passing me by, I think my life is passing me by”.
El encore se inauguró con dos de sus temas más recientes. Primero fue “Everybody Needs Love”, con Sam Roberts a la guitarra acústica y acompañado por el teclado. Esta declaración sobre la necesidad del amor dio paso a la segunda– ya con toda la banda- que abordaba el mismo tema, “Picture of Love”. Para culminar la noche de forma magistral, no podría haber habido una mejor elección que “Mind Flood”. Con un final apoteósico que entrelaza distintos tiempos y riffs, utilizando juegos de pedales, esta canción nos sumió en un trance a lo largo de sus más de diez minutos de duración.
Después de dos décadas en la industria musical, Sam Roberts Band sigue creando música relevante y se lleva de calle tanto a sus seguidores de siempre como a los recién llegados. Era curioso encontrar gente de 20 y 50 años en un mismo espacio, sumando también la combinación de padres e hijos. La banda tiene elementos de ZZ Top y Sloan mezclando blues con indie rock, y folk rock. Es un verdadero placer deleitarse especialmente con su líder Roberts, cuya destreza como compositor y enérgica presencia sobre el escenario, son reconocidas. A lo largo de su carrera, han cosechado numerosos premios y elogios, entre ellos varios premios Juno, la máxima distinción musical en Canadá.
Su nuevo álbum se transforma así en un periplo existencial que exhibe la evolución creativa y de madurez del conjunto musical canadiense, pero se mantienen como siempre en su habilidad para crear melodías contagiosas, invitando al público a tararear sin reservas, y así quedó patente este jueves pasado en El Sol.
