Con la cuidadísima puesta en escena que los caracteriza, guitarra y vocoder para Godin, y teclados y sintes aderezados con el falsete de Jean-Benoît -no, no era una chica quien cantaba los maravillosos temas de los discos amigos- los de Versalles comenzaron como era de esperar con ‘Do the Joy’, tema que abre su nuevo trabajo Love2 que prácticamente repasaron de arriba a abajo durante los noventa minutos de concierto. Especialmente notable fue el tema titulado como ‘Love’, tan preciosista y orgánico como en el disco tras el cual, el dúo nos dejó totalmente enamorados (tiri ti tiiiiii… Love!). Le siguieron divertida y sexy ‘Tropical Disease’ bajo el ritmo de su única y pegadiza letra, Woman!, y esa frenética y Tarantiniana composición que bien podría acompañar a una persecución de coches de los años 70, ‘Bee a Bee’.
No se olvidaron de sus grandes éxitos de antaño -¡ya han pasado más de 10 años desde su primer trabajo!- como ‘Remember’, ‘Venus’, ‘Cherry Blossom Girl’ y la mítica, divertida y silbable ‘Alpha Beta Gaga’ de ese pedazo de álbum que es el Talkie Walkie, ‘How does it Make you Feel’ de su arriesgado 10000Hz Legend, e incluso varios temas de esa magnífica banda sonora de Las Vírgenes Suicidas.
Sonó un tema nuevo titulado ‘People in the City’ que no acabó de convencernos demasiado y, tras algunos bellísimos temas instrumentales que bebian directamente de lo mejor de Burt Bucharach, jazz sexy en ese ‘Playground Love’ instrumental – uno de los mejores temas de la velada con reminiscencias del mejor Jon Brian y bossa nova- llegó el ansiado momento: ‘Kelly Watch the Stars’ de su Moon Safari sonó fabulosamente acompañada de las míticas proyecciones de su videoclip y, como no podía ser de otro modo, ‘Sexy Boy’ la siguió provocando el frenesí entre la multitud.
Para finalizar, nos dejaron ligeramente con la miel en los labios con una potentísima ‘La femme dargent’ con esos loops finales acompañados por el contundente bajo junto a psicodélicas proyecciones muy a lo Animal Collective en el tema más arriesgado, electrónico y potente de la noche que nos hizo preguntarnos por qué no decidieron darle algo más de ese necesario toque a su concierto.
Si bien es cierto que un concierto de AIR se disfrutaría más tumbados en una hamaca mientras se pone en sol en una isla paradisíaca con nuestra piña colada, la verdad es que el espectáculo que nos ofrecieron en la Riviera fue una auténtica delicia y es un evento que nadie debería perderse.
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