Uno de los conciertos más distintos de la programación del Valladolindie fue el que dio la banda inglesa de acid jazz Big Boss Man en colaboración con la asociación cultural Reducto Sónico. Resulta muy difícil definir el estilo de este ecléctico grupazo ya que en cada uno de sus temas escuchamos pop, 60s, R’n’B, latin, soul, jazz… pero sobre todo transmiten mucho funk groovie y ganas de bailar en sus conciertos.
Ataviados con una cuidadísima estética gafas, trajes impolutos y flequillos dignos de la época mod, los londinenses presentaron en Valladolid su último disco, Full English Breakfast, producido por Nick Terry 0 (Klaxons, Libertines) en un concierto de poco más de ochenta intensísimos minutos en los que el numeroso público, no el habitual al Valladolindie pero sí el afín a los conciertos habitualmente programados por Reducto Sónico, no paró de bailar los adictivos ritmos de esta fantástica banda que lleva ya más de diez años en el panorama.
Los bailongos ritmos que Nasser Bouzida -a quien ya conocimos hace unos años con su proyecto musical paralelo The Bongolian– crea al órgano en una mezcla de lo mejor de Ray Charles, Jimmy Smith e Isaac Hayes aderezados con su increíble destreza a los bongos que da ese toque afro-latin a sus composiciones, fusionados con la vertiende más garage-mod de la mano de Scott Milsom al bajo y Trevor Harding a la guitarra aportando la parte más rockera hacen que, junto con la guinda del pastel del concierto, el increíble y destructor Des a la batería, Big Boss Man sea una banda con un sonido fresco, innovador y distinto a lo habitual en el panorama actual de bandas que solemos ver en Valladolid.
En el repertorio no faltaton temas como The Hawk, Decepction, Complicated Lady, y, como no, el tantas veces pedido por el público: Everybody Boogaloo tras el que nos retiramos a nuestros aposentos a buscar cual enfermos febriles de funk los discos de esta pedazo de banda.
