Exactamente eso es lo que acerca Sunny Singh, coreógrafo, actor y bailarín, a los espectadores de su último show, Bollywood, el viaje, un poco de su tierra natal a cada teatro en el que lo representa. A través de una historia más vieja que el mundo, sus bailarines desfilan sobre una hora y media enfundados en llamativos trajes a ritmo de su característica música.
Los más de 200 trajes que se lucen son prácticamente el único atrezzo, que en consonancia con un juego de luces impecable, crean el ambiente bollywoodiense entre las paredes del teatro Zorrilla.
Si bien es cierto que espectáculos así suelen estar cargados de topicazos, en este caso el principal tópico (y el más recurrente) ha sido la expresión facial de los 13 bailarines, que también interpretan, ya que no deja de ser un teatro bailado (que acudirá en un par de ocasiones a una voz en off para narrar una introducción y el desenlace previo al intermedio, la única voz que se escuchará en todo el rato).
Surya, el protagonista (Sunny), es un joven pescador enamorado de Maya, deseada por Tilak, el malvado dueño de casi todo. Este es el argumento que sirve de hilo entre los diversos números musicales, entre los que tienen cabida un guiño al flamenco y otro, mayor, a Michael Jackson, quien sirvió de inspiración al coreógrafo en sus inicios.
Esta función, que se ha ido actualizando con el paso del tiempo, ha viajado por otras ciudades de la geografía española, como Murcia o Ávila en las últimas semanas. También lugares como Moscú o Atenas han podido disfrutar de la magia hindú que respira la representación.
Incluso el público acabará bailando a ritmo de esta hipnótica música, aunque es probable que muchos ya se removiesen en sus asientos más de una vez a lo largo del show, el único realizado en salas españolas traído directamente desde la India, como afirma su coreógrafo y protagonista.
Para los amantes de la danza hay una serie de espectáculos que se deben ver sí o sí: ballet clásico, tango, rock’n’roll, break, Bollywood… De este último, la obra de Sunny Singh podría considerarse entre las imprescindibles para asistir a un rato de magia oriental de los de salir con una sonrisa en la cara.
texto escrito por Maje Muñiz