Los veranos en Madrid eran tediosos, calurosos y aburridos. Todos los madrileños salíamos escupidos por las carreteras hacia cualquier lugar donde fuéramos rápidamente identificados por nuestro curioso y desconocido acento.
Pero llegaron los Veranos de la Villa y programaron para Madrid un verano distinto, repleto de teatro, de danza, música, exposiciones y de espectáculos de todo tipo que aprovechan los mejores rincones de la ciudad para mostrar una cara diferente, con menos prisas y más sosiego.
Este año, dentro de la programación de la capital, encontramos al Teatro Circo Price repitiendo la fórmula del pasado año para convertir este gran pequeño circo urbano en un suntuoso cabaret con el espectáculo titulado “Crazy Love”.
Hasta el 7 de agosto, podemos disfrutar de un importante elenco de artistas venidos de todas partes del mundo y que cubren un amplio abanico de disciplinas, más bien circenses. Desde los maravillosos malabares hasta el clown, pasando por las acrobacias, el humor, el burlesque o un intrépido lanzacuchillos (aunque más intrépida fue ella, que se puso delante). Todos los artistas derrochan talento y simpatía ante un público que, una vez rota la rigidez y el protocolo, se entrega al show sin reparos.
Además, los asistentes puede comer y beber durante el espectáculo (cosa que siempre se agradece), ya sea en la grada o en las mesas redondas y cabareteras que salpican la pista central.
Si bien es cierto que el show ha ganado en potencia teatral con la aparición de la gran Petra Martínez y la histriónica Psicosis Gonsáles, también es cierto que parece haber perdido algo de chispa en lo artístico.
Sin embargo, la banda que acompaña y ambienta cada una de las actuaciones continúa siendo excepcional, adaptándose sin problemas al jazz, al rock, a la música árabe o a cualquier otro estilo que hubieran decidido probar.
En el centro de Madrid, junto a la estación de Atocha y el Museo Reina Sofía, nadie podría imaginarse que tras las puertas de este lugar se encuentra el mismísimo cabaret. Pasen y vean.
