28 marzo 2024

Nos encontramos en el pub Mon Ami, madrileño barrio de Malasaña… ¿O se trata del trabajo de Elisa Sanz sobre el escenario del Teatro Zorrilla de Valladolid?

Aforo hasta la bandera para presenciar AMIGOS HASTA LA MUERTE, obra escrita por Javier Veiga, que abría la temporada del Zorrilla el pasado 16 de septiembre tras la programación de ferias.

Estrenada hace tres años en el Teatro Infanta Isabel de Madrid con otros actores (Melanie Olivares y Jorge Sanz), el montaje inicia otra vida encarnada en Fele Martínez, Marta Hazas y el propio Javier Veiga en el reparto. En realidad, el polifacético Veiga lo es todo: autor, director, actor y productor (esta última tarea emprendida junto a los Cornejo) en una comedia que él mismo ha afirmado que no lo es tanto al definirla como drama en clave de humor…

Por lo que tiene de comedia, recordar que este género encuentra fácil asiento en los últimos tiempos, faltos de esperanza, necesitados humor con que digerir lo crudo de la realidad. Sin embargo, son muchos los ejemplos de textos foráneos, especialmente anglosajones, y pocos los nacidos de plumas de autores autóctonas. Al menos, si tenemos en cuenta textos que acaben llevándose a escena de forma efectiva. Por eso hay que resaltar esta obra, sin duda un trabajo que entraña interesantes valores.

El primero de los logros: exprimir el sentido escénico con un fuerte componente de monólogo, tanto en el contenido (por su humor tan cercano a lo cotidiano, por saber enlazar con ingenio lo que en realidad son tópicos con los que convivimos a diario) como en la escenografía. El pasado que hizo popular a Javier Veiga como conductor de El Club de la Comedia se hace presente en este espectáculo, una de las claves que seduce al público desde el principio. Otro valor de la obra reside en la profundidad del texto que, lejos de pretender la risa sin más, invita a la reflexión. Con inteligentes toques de humor negro se toca el tema de la muerte que envuelve sentimientos tan elevados como universales (el amor, la amistad), y otros más bajos pero igualmente comunes (los celos, la envidia, la infidelidad, la venganza). A lo largo del montaje va emergiendo lo que el autor del texto traslada como apología de la honestidad con uno mismo, enhebrada con la tan traída expresión carpe diem: “vivir al día”, sobre todo si sabes que te queda poco tiempo…

El planteamiento hace debatirse al espectador entre la incomodidad de la aparente ligereza (que resulta no serlo en absoluto) con que se trata el hecho que tanto tememos y la inevitable identificación del público con los personajes. Especialmente reseñables son los papeles interpretados por los dos veteranos. Ella, Marta Hazas, conocida últimamente por su trabajo en la serie de televisión Bandolera, es elemento imprescindible en la historia aunque en la interpretación resultó inevitable la sensación de que dominaba mejor los pasajes cómicos pero le faltaba naturalidad en los momentos que pretendían ser dramáticos.

En el desarrollo de la acción, conceptualmente bien construida (ritmo, giros de argumento, buen complemento de la música y del audiovisual) los actores fueron demasiado rápido en ocasiones, esencialmente durante la primera mitad, cuando también se hizo notar cierta rigidez en los paréntesis en los que los protagonistas contextualizaban la historia a modo de fotograma congelado. En cualquier caso, son detalles que se pulirán con un poco más de rodaje de una obra que es de esperar tenga recorrido.

De momento, la aceptación del público en Valladolid así lo augura a juzgar por la intensidad de los aplausos que vistieron la sala principal del Zorrilla la noche del sábado.

Espectáculo: AMIGOS HASTA LA MUERTE, de Javier Veiga
Dirección: Javier Veiga
Producción: Impar Producciones/Enrique & Alain Cornejo
Escenografía: Elisa Sanz
Interpretación: Fele Martínez, Marta Hazas, Javier Veiga
Lugar y fecha: Teatro Zorrilla, 17 de septiembre de 2011