23 abril 2024

Corteo, del renombrado Circo del Sol, está estos meses en España. Madrid, Valencia, Alicante y Sevilla son los lugares elegidos para albergar este mágico espectáculo.

Cirque du Soleil es una empresa de entretenimiento canadiense creada en 1984 por los ex artistas callejeros Guy Laliberté y Daniel Gauthier. Sus peculiaridades residen en su enfoque teatral basado en personajes, y en que no incluyen animales en sus espectáculos, por lo que se ha definido como ‘circo contemporáneo’. Con el lema Invocar-Provocar-Evocar, cada representación ofrece un repertorio de distintos estilos circenses de todo el mundo, y busca conectar al público con el arte escénico a través de recursos como los artistas y la música en vivo.

Sus espectáculos han recibido diversos reconocimientos, el más significativo el del público que los abarrota. Y es que disfrutar de un espectáculo del Circo del Sol es una experiencia única. Pocas propuestas tienen su majestuosidad y producen un embelesamiento casi absoluto en la audiencia. Hace años que lo vi por primera vez, cuando trajeron a España Alegría, una propuesta creada para conmemorar su décimo aniversario, y no puedo negar que, si bien estaba deseando volver a verlo, tenía el presentimiento de que no me impresionaría tanto. Pues bien, me equivoqué de todas, todas, y de nuevo hubo momentos de la representación en los que la emoción se agarró a mi estómago.

Corteo, ‘cortejo’ en italiano, es un desfile con tono festivo, carnavalesco, producto de la imaginación de un payaso, que representa su propio funeral. A través de una sucesión de contrastes (lo grande y lo pequeño, la diversión y la tragedia, la perfección y la imperfección…), la propuesta habla de un tema atemporal y recurrente, la fuerza y la debilidad del hombre, a través de las emotivas y polifónicas voces de los artistas y de los espectaculares y aparentemente imposibles movimientos de los acróbatas. La música, a ratos lírica y a ratos pícara, nos brinda una celebración atemporal en la que lo ilusorio se burla de lo real.

Todo el espacio está dividido en dos por una soberbia cortina semitransparente de Jean Rabasse en la que se representa la procesión de Corteo, inspirada en un cuadro de Adolphe Willette, con influencias de Picasso, Tiepolo, Pelez y Knight. Cuando esta desaparece se produce un efecto curioso, el público se enfrenta como en un espejo, con el escenario en medio; escenario que, además, gracias a su movimiento rotatorio favorece la visibilidad desde todos los ángulos. Particularmente llamativos en escena fueron los enormes candelabros en los que antiguas enamoradas del fallecido realizaron acrobacias recién comenzado el espectáculo. Del conjunto de números resulta difícil resaltar unos sobre otros, sino es atendiendo al gusto personal. En general, todos sobresalieron por su planteamiento y su desarrollo y en ellos destacó la coordinación, la delicadeza y la armonía, con una intensidad in crescendo.

Poco puedo añadir de este espectáculo más que animar a ir a los que todavía no lo habéis visto. Todos los detalles se pueden consultar en su web: Espectáculo en gira del Cirque du Soleil.

1 comentario en «Crónica de teatro: Corteo del Circo del Sol en la Casa de Campo (Madrid) – abril 2011»

  1. Yo estuve anoche viendolo y lo disfrute como un niño chico. Vale muchisimo la pena ir a verlo.

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