Hasta que no llegaron las 22.00 de la noche del martes, en Valladolid todavía nos seguíamos sorprendiendo de que un grupo como Fanfarlo aterrizara por estos lares. (Acostumbrados a que este tipo de grupos gire sólo por las grandes salas de Madrid, Barcelona, Bilbao, etc.) La siguiente cuestión que nos planteábamos desde Notedetengas era la del número de personas que subirían a Porta Caeli un martes noche. La respuesta a ambas dudas fue superada con creces.
Con el aura de ser uno de los grandes nombres que están pegando fuerte en la escena independiente internacional, llegaba de la mano de Son Estrella Galicia, esta banda afincada en Londres . Nada más entrar en la Sala Porta Caeli, el aroma a incinenso se hacía notar, fruto del cálido y apacible ambiente que nos iba a esperar minutos después. La sala contaba con un aspecto muy saludable. 160 almas estaban dispuestos a comprobar la vitola de ‘mejor banda revelación internacional’ que tantos medios se han cansado de repetir en los últimos tiempos. De Fanfarlo sabíamos la favorable crítica internacional que arrastra, entre los que se encuentra el ilustre artista David Bowie. También sabíamos de los numerosos fans que se están sumando a este nuevo fenómeno, mientras que en el plano musical, conocíamos que les respaldan dos trabajos, Reservoirs (2009) y ‘Rooms Filled With Lights’, editado a primeros de este nuevo año y que está teniendo una grandísima repercusión mediática. Pero nos faltaba por escuchar en directo su música. Esa tendencia al folk-pop melódica, rodeada de instrumentos, velas y mucho misterio.
El concierto comenzó un tanto frío. ‘Lenslife’ sirvió para abrir un setlist compuesto por 16 temas. Una hora y media de derroche orquestal. Entre el público, se hayaban caras conocidas de la escena vallisoletana como era el caso la mitad de los integrantes de Cosmic Birds, el batería de los Nodding by the fire y el bajista de Idealipsticks, Alex izquierdo a quien su homónimo en Fanfarlo durante un momento del concierto, le señaló porque le resultaba ‘un tanto conocida su cara’ y es que el parecido físico con él era más que razonable.
La actuación de los sueco-londinenses avanzaba y tras ‘Feathers’, caía el primer hit de la noche. ‘I’m a pilot’, tema incial de su primer disco Reservoirs (2009), el cual, fue acogido calurosamente por la sala despertando así, tanto a los asistentes como a la banda, entrelazándolos en un ambiente más comunicativo y dicharachero. ‘Tunguska’ y ‘The walls are coming down’ suponían la mezcla de rítmos rápidos y lentos acompañados a la perfección. Simon Balthazar, cantante y lider de la banda, aprovechaba la conexión que se estaba formando con el público para incluso, marcarse alguna anécdota cómica en la que nos daba a conocer, que por el momento contaban con un bajo presupuesto para comprar feromonas y expandirlas entre el público y así poder retozarse por el suelo, teniéndo que conformarnos con unas barritas de incienso quemado. Anédotas a parte, llegábamos a la medular de la actuación donde el grupo nos presentaba uno de los temas inéditos hasta el momento, ‘The sea’. Tras ‘Tightrope’, uno de los temas pop más movidos de su último trabajo, nos presentaban a otra nueva canción, ‘Clean‘. El concierto transcurría tranquilo, todo bajo una estupenda acústica medida al milímetro, donde el público se llegaba a sorprender de la polivalencia de los artistas, pudiendo tocar alguno de sus miembros, hasta tres instrumentos diferentes en una misma canción, e incluso en alguna ocasión, a la vez, como pasó con la trompeta y el teclado. Pero faltaba la traca final y ésta, comenzaba con ‘Comets’ para que justo después y sin descanso alguno, llegara su tema más mainstream, ‘Deconstruction’. ‘Finish line’, ‘Luna’ , otra de las novedades ‘Land Locked’ y ‘Shiny Tings’ cerraban la actuación antes del descanso.
El grupo tornaba sobre las tablas para añadir como regalo por el apoyo mostrado, dos temas más a su repertorio. ‘White mile’ y ‘Harold T.Wilkins or how to wapit for a very long time’ sirvieron para despedir a la banda en su corta estancia por nuestra ciudad.
Polifacéticos, entregados, correctos pero sobretodo eficientes, fueron las pinceladas de identidad que retrataron el lienzo musical de los londinenses. Pero sin lugar a dudas, fue con un sonido impecable donde Fanfarlo borraron todas las dudas que podría tener el respetable, ya que la actuación ofrecida en Valladolid tuvo una profesionalidad intachable.
Es la peor crítica que he leido nunca. Un niño de 2 años que aún no sepa leer redacta mejor que esto. Espero que esté escrita mal a propósito.