La del 17 de diciembre era una noche difícil para un grupo con un sólo disco como Wolf Gang: competían con el masivo concierto de Red Hot Chili Peppers en el Palacio de los Deportes (un público distinto, sí, pero que le robaría algún curioso a los de Max McElligott por la presencia de Foals como teloneros), con el enésimo sold out de Vetusta Morla en La Riviera y, aunque menos sonados, con la presencia de Maga y Sr. Chinarro en el Ocho Y Medio y de Novedades Carminha y Fukin’ Bollocks en Nasti.
Abundante oferta la que ofrecía la capital madrileña con semejante variedad, que ponía muchos puntos en contra de los ingleses en un concierto que cerraba su prolífico año donde se han colado en las listas gracias a su brillante debut ‘Suego Faults’.
Los efectos del tal programación los sufrió Álex Ferreira que, eso sí, cumplió con creces la papeleta ante una sala bastante desangelada. Con su último EP bajo el brazo, ‘Dulus Dominicus’, el incansable dominicano afincado en Madrid se presentó en la sala Ramdall con un formato distinto al habitual merced al acompañamiento de un percusionista que ejercía con un pad electrónico y que dio otra visión a unas canciones eminentemente acústicas. Algo menos de tres cuartos de hora de set, donde repasó lo mejor de su discografía, incluido un original guiño al ‘Atrévete’ de Calle 13.
Con una sala que iba llenándose más y más -mayoritariamente de extranjeros-, salían Wolf Gang por fin al escenario de la Ramdall con una formación de cinco individuos a cuál más variopinto y distinto entre sí. Comandados por el casi economista Max McElligott a las voces y guitarra, abrían fuego con ‘Nightflying’ y ‘Something Unusual’ para dejar claros varios puntos. Los que allí esperábamos un repaso fiel al pop delicado de su álbum, estábamos absolutamente equivocados; allí había ruido, había movimiento, había contundencia y actitud sin perder un sólo ápice de ejecución.
Con McElligott contoneándose sobre el parqué y visiblemente feliz, Wolf Gang disparaban ‘The King And All Of His Men’, la canción que les encumbró, y un corte nuevo, ‘The Kill’, que mantiene la línea de pop épico que les caracteriza y que dejó muy buen sabor de boca a los asistentes. Con el anuncio de que aquél era el último concierto que darían en 2011, el quinteto siguió calentando al público con ‘Where Are You Now’, ‘Suego Faults’ -canción homónima del LP y que fue el único momento de relajación del concierto- o ‘Back To Back’ hasta llegar a ‘Stay & Defend’, canción que cerraba el concierto.
Tras los bises reglamentarios (carentes ya de emoción alguna), Wolf Gang se despedían dando las gracias y finalizando con ‘Dance Into The Fire’ y, cómo no, su canción bandera ‘Lions In Cages’.
En resumen, un concierto con una intensidad, contundencia y ruido inesperado que dio una vuelta de tuerca más a un ya de por sí buen disco y que encumbró en la difícil noche del sábado madrileña al grupo inglés.
Texto: Marco Lobera Fatás