26 abril 2024

Es curioso que estas dos ultimas semanas de orgasmos deportivos en forma de clásicos futboleros serán recordados por mí como “los diez días de la Estudio 27” ya que mientras muchos se mordían las uñas y perdían los papeles delante de la pantalla de televisión unos pocos, desgraciadamente no demasiados, hemos podido disfrutar de los conciertos de THE LORDS OF THE ALTAMONT, STACIE COLLINS y para acabar el triunvirato LOVELAND, con la complicidad, cercanía y buen hacer de la sala burgalesa.

Lana Loveland tuvo que competir con el partido de la champions y aunque el horario del concierto era adecuado para que, al menos los más cercanos, pudieran compaginar ambas “aficiones” no llegamos a la centena los presentes en el momento que este icono femenino del garage actual subió a las tablas para arrancar con You Know I Do un viaje a través de las composiciones de su disco de debut en solitario Order To Love.

Pero hay mucho bagaje musical detrás de Lana además de los cinco años que lleva haciéndose cargo de los teclados en los míticos The Fuzztones y a los que ha influido, y tomado presencia, como se pudo comprobar en la última obra de los americanos Preaching To The Perverted, ya que anteriormente había grabado con Sean Bonniwell y en 1990 junto a su hermano y guitarrista Lenny Svilar (actualmente en su banda) bajo el nombre de Cox Orange cuyas composiciones son el germen de este disco de debut.

No había escuchado ninguna de sus nuevas canciones antes del concierto de Burgos con lo que el factor sorpresa estaba asegurado, y aunque me imaginaba que la sombra de The Fuzztones sería la nota predominante, máxime cuando su líder (y pareja sentimental Rudi Protudi) se había encargado de tocar el bajo en el mismo, la verdad es que acabé asombrado ante un repertorio que durante la primera mitad del bolo se alejó del sonido garage para introducirse de lleno en una psicodelia musical donde los ecos de Jeffersson Airplane y unos primerizos (y colgados) The Doors con su hipnótico sonido de órgano (muy bien interpretado por el berlines Jojo Büld) creaban interpretaciones atractivamente alargadas, excepcionales en Theater Of Dreams o Silence Everywhere, mientras Lenny se explayaba (mucho más de lo que Fuzztones jamás permitirían) en solos de guitarra cautivadores y la protagonista ejecutaba una serie de bailes siderales ante una audiencia musicalmente apabullada por unos sonidos que impulsaban a los bailes más extravagantes en una especie de guateque del espacio.

Y es que Lana Loveland no tiene una gran voz, al menos en este directo, pero si un increíble magnetismo musical, escénico y compositivo capaz de sostener el discurso. De esta manera nos trasladó a todos imaginariamente al ambiente de la costa oeste mediante un sonido ácido y lisérgico en el que entre los pasajes instrumentales se filtraban pinceladas de Brian Auger e incluso del cabaret berlinés (ciudad en la que reside desde hace años) entre nubes imaginarias de colorido LSD y provocadas disonancias melódicas.

Con todo esto Loveland cerró una primera mitad de concierto divertida, diferente y más experimental en la que dejó patente su voluntad de experimentar y que mutó en la parte final, con el propio Rudi Protudi sobre el escenario como “special guest” hacia el sonido más clásico de los Fuzztones, incluyendo una canción que estará presente en el próximo disco de la banda de Nueva York, y por ello más previsible y que viajaba hacia el garage punk en una versión un poco más edulcorada de su “otra banda”, algo que los presentes agradecieron sobre manera pero que personalmente me dejó algo desencantado en comparación con el prometedor inicio.

Sin embargo queda claro que Loveland es mucho más que una cara bonita tras el teclado de The Fuzztones y que tiene voluntad y ganas de hacer cosas diferentes, sobre todo ahora que se ha labrado un nombre en el universo underground, más allá del más encorsetado sonido Fuzz, y no creo que sea este el capitulo final de un viaje que veremos a ver cuanto tiempo la mantiene en el line up de los americanos. Si es para hacer lo que nos mostró en esa primera parte del concierto, bienvenido sea.