25 abril 2024

A pesar de la feroz competencia del pasado viernes -hubo conciertos en el Café España, en el Café Teatro, en la sala My Way, en el bar Desierto Rojo y en el polideportivo Pisuerga- Puti -ataviada con cazadora vaquera, bragas y medias- y Látex -cazadora de cuero y gafas de sol- lograron convocar a un buen número de fans en la Sala Porta Caeli (“Hoy tocamos donde tocan Dorian mañana y mañana donde Dorian tocan hoy”, explicaron), lugar en el que presentaron su último álbum ‘Somos los que sobran’.

Ya desde el principio del concierto empezaron a intercalar canciones de este nuevo disco con las del anterior, ‘Domund’, como ‘Glorias’, ‘Me toco’, ‘Monja’ o ‘Cerda’. Ciertamente, fue un alivio que no dejaran a sus clásicos de lado, porque los nuevos temas tienen un regusto de crítica social que da

bastante pereza. Entre guiños al típico leísmo vallisoletano -“Es aquí donde se habla el mejor castellano del mundo, ¿no?”-, y comentarios sobre política, fueron sonando una a una sus mejores canciones, muchas de ellas acompañadas de alocadas coreografías, como fue el caso de ‘Travesti cubano’ o de ‘Pornoclash’.

Aunque fue una pena que mutilaran la segunda mitad de ‘El pop (nos ha venido a ver)’ -Puti explicó que no estaba dispuesta a cantar ‘Like A Virgin’ nunca más-, se lo perdonamos porque, en su lugar, tocaron ‘Voy a ser mamá‘, de Almodóvar y McNamara, que no puede pegarles más, la verdad. Como era de esperar, dejaron lo mejor para el final: ‘Mira una moderna’ es, en vivo, una auténtica enajenación mental colectiva, con el público subido al escenario y ellos cantando desde abajo. Uno de los directos más divertidos que he visto nunca. À ne pas manquer.